La mielofibrosis (MF) es una enfermedad que generalmente se desarrolla lentamente durante un largo período de tiempo. No todos experimentan síntomas, y los síntomas más comunes a menudo están relacionados con otras enfermedades más comunes.
Aún así, conocer los síntomas de la MF puede ayudarlo a estar más preparado y comenzar un plan de tratamiento lo antes posible.
¿Cuáles son los síntomas de MF?
En las primeras etapas de MF, muchas personas no experimentan síntomas. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa y la producción normal de células sanguíneas en el cuerpo se interrumpe más, puede comenzar a experimentar síntomas. Estos pueden incluir:
- piel pálida
- moretones o sangrado fácil
- sudoración excesiva mientras duerme
- fiebre
- infecciones frecuentes
- fatiga, sensación de debilidad o falta de aire (generalmente causada por anemia)
- dolor de huesos
- dolor o sensación de llenura debajo de las costillas, generalmente en el lado izquierdo (causado por un bazo agrandado)
¿Cuándo debe contactar a un médico?
Si experimenta alguno de estos síntomas durante un período prolongado de tiempo, comuníquese con su médico. Realizarán un examen físico y posiblemente otras pruebas, además de analizar los síntomas que ha tenido. Estas otras pruebas pueden incluir análisis de sangre, pruebas de imágenes y un examen de médula ósea.
Si su médico de cabecera cree que puede tener MF, lo más probable es que lo remitan a un hematólogo o médico especializado en trastornos de la sangre y la médula ósea.
¿Cuáles son las posibles complicaciones?
A medida que avanza la MF, es posible que tenga síntomas más graves. A medida que la médula ósea continúa convirtiéndose en tejido cicatricial y la producción de células sanguíneas se vuelve más anormal, también puede comenzar a experimentar efectos secundarios o complicaciones más graves, como:
Dolor
Un bazo agrandado puede causar dolor abdominal y de espalda. Esto puede ser un síntoma de MF. El dolor articular también puede estar presente en la MF a medida que la médula ósea se endurece y el tejido conectivo alrededor de las articulaciones se inflama.
Gota
La MF hace que el cuerpo produzca más ácido úrico de lo normal. El aumento del ácido úrico puede cristalizarse y asentarse alrededor de las articulaciones, causando dolor e hinchazón.
Aumento de la presión sobre la sangre que fluye hacia el hígado
La sangre fluye desde el bazo hacia el hígado para ser procesada. Un bazo agrandado hará que aumente la cantidad de sangre que fluye hacia el hígado y también la presión arterial. Esto se llama hipertensión portal. El aumento de la presión arterial puede forzar la sangre adicional en las venas más pequeñas del sistema digestivo, como el esófago o el estómago. Esto podría causar que estas venas más pequeñas se rompan y sangren.
Sangrado
A medida que avanza la MF, su recuento de plaquetas podría caer por debajo de lo normal. Un bajo número de plaquetas (trombocitopenia) puede conducir a un sangrado fácil. Si está considerando un procedimiento quirúrgico, esta es una complicación importante para usted y su médico.
Formación de células sanguíneas fuera de la médula ósea
Esto puede conducir a acumulaciones o tumores de células sanguíneas en otras partes del cuerpo, causando complicaciones como sangrado, daño a los nervios o convulsiones.
Leucemia aguda
Alrededor del 12 por ciento de las personas con MF desarrollarán leucemia mielógena aguda (AML). La AML es un cáncer de sangre y médula ósea que progresa rápidamente.
La comida para llevar
Si bien los síntomas de la MF pueden confundirse con otras afecciones, hable con su médico si experimenta alguna de ellas. Ser proactivo puede ayudarlo a evitar futuras complicaciones.