La mielofibrosis (MF) es una forma crónica de cáncer de sangre donde el tejido cicatricial en la médula ósea ralentiza la producción de células sanguíneas sanas. La escasez de células sanguíneas causa muchos de los síntomas y complicaciones de la MF, como fatiga, moretones fáciles, fiebre y dolor en los huesos o las articulaciones.
Muchas personas no experimentan ningún síntoma en las primeras etapas de la enfermedad. A medida que la enfermedad progresa, pueden comenzar a aparecer síntomas y complicaciones vinculados a recuentos anormales de células sanguíneas.
Es importante trabajar con su médico para tratar la MF de manera proactiva, especialmente tan pronto como comience a experimentar síntomas. El tratamiento puede ayudar a reducir el riesgo de complicaciones y aumentar la supervivencia.
Aquí hay un vistazo más de cerca a las posibles complicaciones de la MF y cómo puede reducir su riesgo.
Bazo agrandado
Su bazo ayuda a combatir infecciones y filtra las células sanguíneas viejas o dañadas. También almacena glóbulos rojos y plaquetas que ayudan a coagular la sangre.
Cuando tiene MF, su médula ósea no puede producir suficientes células sanguíneas debido a la cicatrización. Las células sanguíneas eventualmente se producen fuera de la médula ósea en otras partes de su cuerpo, como el bazo.
Esto se conoce como hematopoyesis extramedular. El bazo a veces se vuelve anormalmente grande a medida que trabaja más para producir estas células.
Un bazo agrandado (esplenomegalia) puede causar síntomas incómodos. Puede causar dolor abdominal cuando empuja contra otros órganos y hacerte sentir lleno incluso cuando no has comido mucho.
Tumores (crecimientos no cancerosos) en otras partes de su cuerpo
Cuando se producen células sanguíneas fuera de la médula ósea, a veces se forman tumores no cancerosos de células sanguíneas en desarrollo en otras áreas del cuerpo.
Estos tumores pueden causar sangrado dentro de su sistema gastrointestinal. Esto puede hacer que tosa o escupe sangre. Los tumores también pueden comprimir la médula espinal o causar convulsiones.
Hipertensión portal
La sangre fluye desde el bazo al hígado a través de la vena porta. El aumento del flujo sanguíneo a un bazo agrandado en MF causa presión arterial alta en la vena porta.
Un aumento de la presión arterial a veces fuerza el exceso de sangre hacia el estómago y el esófago. Esto puede romper venas más pequeñas y causar sangrado. Alrededor del 7 por ciento de las personas con MF experimentan esta complicación.
Bajos recuentos de plaquetas
Las plaquetas en la sangre ayudan a que la sangre se coagule después de una lesión. El recuento de plaquetas puede caer por debajo de lo normal a medida que avanza la MF. Un bajo número de plaquetas se conoce como trombocitopenia.
Sin suficientes plaquetas, su sangre no puede coagularse adecuadamente. Esto puede hacer que sangres más fácilmente.
Dolor de huesos y articulaciones
MF puede endurecer su médula ósea. También puede provocar inflamación en los tejidos conectivos alrededor de los huesos. Esto conduce a dolor en los huesos y las articulaciones.
Gota
La MF hace que el cuerpo produzca más ácido úrico de lo normal. Si el ácido úrico cristaliza, a veces se deposita en las articulaciones. Esto se conoce como gota. La gota puede causar articulaciones inflamadas y dolorosas.
Anemia severa
Un recuento bajo de glóbulos rojos conocido como anemia es un síntoma común de MF. A veces la anemia se vuelve severa y causa fatiga debilitante, hematomas y otros síntomas.
Leucemia mieloide aguda (AML)
Para alrededor del 15 al 20 por ciento de las personas, la MF progresa a una forma más grave de cáncer conocida como leucemia mieloide aguda (LMA). La AML es un cáncer que progresa rápidamente en la sangre y la médula ósea.
Tratamiento de complicaciones de MF
Su médico puede recetarle varios tratamientos para abordar las complicaciones de MF. Éstos incluyen:
- Inhibidores de JAK, incluidos ruxolitinib (Jakafi) y fedratinib (Inrebic)
- fármacos inmunomoduladores, como la talidomida (Thalomid), la lenalidomida (Revlimid), los interferones y la pomalidomida (Pomalyst)
- corticosteroides, como prednisona
- extirpación quirúrgica del bazo (esplenectomía)
- terapia de andrógenos
- medicamentos de quimioterapia, como la hidroxiurea
Reduciendo su riesgo de complicaciones MF
Es esencial trabajar con su médico para controlar la MF. El monitoreo frecuente es clave para reducir el riesgo de complicaciones de MF. Su médico puede solicitar que venga a realizar recuentos sanguíneos y exámenes físicos una o dos veces al año o con la frecuencia de una vez por semana.
Si actualmente no tiene síntomas y MF de bajo riesgo, no hay evidencia de que se beneficie de intervenciones anteriores. Su médico puede esperar para comenzar los tratamientos hasta que su condición progrese.
Si tiene síntomas o MF de riesgo intermedio o alto, su médico puede recetarle tratamientos.
Los inhibidores de JAK ruxolitinib y fedratinib se dirigen a la señalización anormal de la vía causada por una mutación genética MF común. Se ha demostrado que estos medicamentos reducen significativamente el tamaño del bazo y abordan otros síntomas debilitantes, incluido el dolor óseo y articular. La investigación sugiere que pueden reducir en gran medida el riesgo de complicaciones y aumentar la supervivencia.
Un trasplante de médula ósea es el único tratamiento que potencialmente puede curar la MF. Implica recibir una infusión de células madre de un donante sano, que reemplaza las células madre defectuosas que causan síntomas de MF.
Este procedimiento conlleva riesgos significativos y potencialmente mortales. Por lo general, solo se recomienda para personas más jóvenes sin otras condiciones de salud preexistentes.
Nuevos tratamientos de MF se desarrollan constantemente. Intente mantenerse actualizado sobre las últimas investigaciones en MF y pregúntele a su médico si debería considerar inscribirse en un ensayo clínico.
La comida para llevar
La mielofibrosis es un cáncer raro en el que las cicatrices evitan que la médula ósea produzca suficientes células sanguíneas sanas. Si tiene MF de riesgo intermedio o alto, varios tratamientos pueden abordar los síntomas, reducir el riesgo de complicaciones y potencialmente aumentar la supervivencia.
Muchos ensayos en curso continúan explorando nuevos tratamientos. Manténgase en contacto con su médico y discuta qué tratamientos pueden ser apropiados para usted.