Como con la mayoría de las afecciones crónicas, la espondilitis anquilosante (AS) puede ser difícil de explicar a los demás. Esto ha dado lugar a muchos conceptos erróneos sobre la enfermedad. Es por eso que hemos reunido esta lista de mitos y los hemos desacreditado por usted.
1. Mito: AS solo afecta tu espalda
La característica distintiva de AS es que afecta principalmente la espalda. Uno de los principales signos de la enfermedad es la inflamación de las articulaciones entre la columna vertebral y la pelvis (articulaciones sacroilíacas). La inflamación puede extenderse al resto de su columna vertebral.
El dolor y la rigidez en la parte baja de la espalda son síntomas comunes, especialmente al despertar.
Sin embargo, AS no está limitado a tu espalda. Se puede propagar a otras articulaciones, incluyendo:
- espalda
- costillas
- caderas
- rodillas
- pies - principalmente tacones
Hasta el 40 por ciento de las veces, afecta a los ojos en algún momento del curso prolongado de la enfermedad. En casos raros, puede dañar los pulmones o el corazón.
Entonces es más que un problema de espalda. Es una enfermedad inflamatoria que puede afectar todo el cuerpo.
2. Mito: los jóvenes no tienen AS
La mayoría de la gente piensa en la artritis como algo que ocurre con el envejecimiento. Pero si eres joven y tienes AS, estás lejos de estar solo.
El AS generalmente se diagnostica entre las edades de 15 y 30 años, y rara vez después de los 45 años.
No es una enfermedad del envejecimiento, y no hiciste nada para causarla.
3. Mito: el ejercicio lo empeora
Si experimenta dolor de espalda, su instinto natural puede ser evitar la actividad física. Probablemente debería evitar levantar objetos pesados y otras actividades que le estresan la espalda.
La otra cara de esto es que el tipo correcto de ejercicios puede hacerte sentir mejor ahora y a la larga. De hecho, el ejercicio es una parte importante del tratamiento de AS y preserva la flexibilidad.
Antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios, hable con su médico sobre qué ejercicios son mejores para usted. Luego, comience con algo fácil y aumente gradualmente su rutina.
Considere consultar con un fisioterapeuta o entrenador personal familiarizado con AS. Pueden mostrarle cómo realizar ejercicios de manera segura y efectiva. Una vez que ganes confianza, puedes ejercitarte por tu cuenta.
El entrenamiento de fuerza puede ayudar a desarrollar músculos para ayudar a sostener sus articulaciones. Los ejercicios de rango de movimiento y estiramiento mejoran la flexibilidad y alivian la rigidez.
Si el ejercicio es difícil, intente hacer ejercicio en una piscina, que puede ser mucho más fácil y menos dolorosa, a la vez que proporciona enormes beneficios para la salud.
También ayuda a tener en cuenta su postura, manteniendo la columna lo más recta posible en todo momento.
4. Mito: una espalda fusionada y una discapacidad severa son inevitables
AS no progresa a la misma velocidad o de la misma manera en todas las personas con la condición.
La mayoría de las personas tienen episodios periódicos de inflamación leve a severa, rigidez y dolor de espalda.
Los episodios repetidos de inflamación a veces hacen que las vértebras se fusionen. Esto puede limitar severamente el movimiento y hacer que sea imposible mantener la columna recta. La fusión en la caja torácica puede reducir la capacidad pulmonar y dificultar la respiración.
Esto no le pasa a todos. Muchas personas con AS tienen síntomas más leves que se pueden manejar de manera efectiva. Puede requerir algunos cambios de estilo de vida u ocupacionales, pero no necesariamente significa que tendrá una discapacidad grave o una espalda fusionada.
Alrededor del 1 por ciento de las personas con AS obtienen lo que se conoce como agotamiento de la enfermedad y entran en remisión a largo plazo.
5. Mito: AS es raro
Probablemente haya escuchado mucho sobre la esclerosis múltiple y la fibrosis quística, pero ninguna afecta a tantas personas como la EA. En todo el mundo, aproximadamente 1 de cada 200 adultos tiene AS. Según la Arthritis Foundation, casi medio millón de estadounidenses viven con esta afección. Es más común de lo que mucha gente piensa.
6. Mito: de todos modos no puedo hacer nada al respecto
El AS es crónico y progresivo, pero eso no significa que no pueda hacer nada al respecto.
El primer paso es trabajar con su médico para crear un plan de tratamiento personalizado. El objetivo a corto plazo es aliviar los síntomas. El objetivo a largo plazo es tratar de minimizar o prevenir la discapacidad.
Hay muchas opciones de medicamentos, dependiendo de sus síntomas particulares. Algunos de ellos son:
- medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME): para controlar la progresión de la enfermedad
- medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE): para disminuir la inflamación y el dolor (las dosis altas pueden prevenir la progresión de la enfermedad)
- corticosteroides: para combatir la inflamación
- agentes biológicos: para aliviar los síntomas y prevenir daños
La cirugía de reemplazo articular es una opción para las articulaciones severamente dañadas.
El ejercicio regular puede desarrollar músculo, lo que ayudará a apoyar sus articulaciones. También puede ayudarlo a mantenerse flexible y a reducir el dolor. El ejercicio también lo ayuda a mantener un peso saludable, lo que es más fácil para su espalda y otras articulaciones.
También es importante tener en cuenta su postura al estar sentado y de pie.
Asegúrese de mantener a su médico informado sobre sus síntomas a medida que cambian. De esa manera, puede ajustar su tratamiento para reflejar esos cambios.
La comida para llevar
Es difícil predecir cómo progresará su AS a largo plazo. Una cosa que es segura es que requerirá el manejo de la enfermedad de por vida.
La buena atención médica, el ejercicio y los medicamentos son clave para controlar su condición. Aprender todo lo que pueda sobre esta condición le permitirá tomar buenas decisiones para su salud y bienestar.