Visión general
El cáncer de próstata ocurre cuando las células de la glándula prostática se vuelven anormales y se multiplican. La acumulación de estas células forma un tumor. El tumor puede provocar una variedad de complicaciones, como disfunción eréctil, incontinencia urinaria y dolor intenso si el cáncer se disemina a los huesos.
Los tratamientos como la cirugía y la radiación pueden eliminar con éxito la enfermedad. De hecho, la mayoría de los hombres diagnosticados con cáncer de próstata aún pueden vivir vidas plenas y productivas. Sin embargo, estos tratamientos también pueden provocar efectos secundarios no deseados.
Disfunción eréctil
Los nervios que controlan la respuesta eréctil de un hombre se encuentran muy cerca de la glándula prostática. Un tumor en la glándula prostática o ciertos tratamientos, como la cirugía y la radiación, pueden dañar estos nervios delicados. Esto puede causar problemas para lograr o mantener una erección.
Varios medicamentos efectivos están disponibles para la disfunción eréctil. Los medicamentos orales incluyen:
- sildenafil (Viagra)
- tadalafil (Cialis)
- vardenafil (Levitra)
Una bomba de vacío, también llamada dispositivo de constricción de vacío, puede ayudar a los hombres que no desean tomar medicamentos. El dispositivo crea mecánicamente una erección al forzar la sangre hacia el pene con un sello de vacío.
Incontinencia
Los tumores prostáticos y los tratamientos quirúrgicos para el cáncer de próstata también pueden provocar incontinencia urinaria. Alguien con incontinencia urinaria pierde el control de su vejiga y puede perder orina o no poder controlar cuándo orina. La causa principal es el daño a los nervios y los músculos que controlan la función urinaria.
Los hombres con cáncer de próstata pueden necesitar usar almohadillas absorbentes para atrapar la fuga de orina. Los medicamentos también pueden ayudar a aliviar la irritación de la vejiga. En casos más severos, una inyección de una proteína llamada colágeno en la uretra puede ayudar a estrechar el camino y evitar fugas.
Metástasis
La metástasis ocurre cuando las células tumorales de una región del cuerpo se propagan a otras partes del cuerpo. El cáncer puede propagarse a través del tejido y el sistema linfático, así como a través de la sangre. Las células de cáncer de próstata pueden moverse a otros órganos, como la vejiga. Pueden viajar aún más lejos y afectar otras partes del cuerpo, como los huesos y la médula espinal.
El cáncer de próstata que hace metástasis a menudo se propaga a los huesos. Esto puede conducir a las siguientes complicaciones:
- dolor severo
- fracturas o huesos rotos
- rigidez en la cadera, muslos o espalda
- debilidad en brazos y piernas
- Niveles de calcio en la sangre superiores a lo normal (hipercalcemia), que pueden provocar náuseas, vómitos y confusión.
- compresión de la médula espinal, que puede conducir a debilidad muscular e incontinencia urinaria o intestinal
Estas complicaciones se pueden tratar con medicamentos llamados bifosfonatos o un medicamento inyectable llamado denosumab (Xgeva).
Perspectiva a largo plazo
El cáncer de próstata es el segundo tipo de cáncer más común en los hombres después del cáncer de piel no melanoma, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Las muertes por cáncer de próstata han disminuido drásticamente. Continúan bajando a medida que hay nuevos tratamientos disponibles. Esto puede deberse al desarrollo de pruebas de diagnóstico para el cáncer de próstata en la década de 1980.
Los hombres con cáncer de próstata tienen muchas posibilidades de vivir mucho tiempo incluso después de su diagnóstico. Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, la tasa de supervivencia relativa a cinco años para el cáncer de próstata que no se ha propagado es cercana al 100 por ciento. La tasa de supervivencia a 10 años es cercana al 99 por ciento y la tasa de supervivencia a 15 años es del 94 por ciento.
La mayoría de los cánceres de próstata son de crecimiento lento e inofensivos. Esto ha llevado a algunos hombres a considerar el uso de una estrategia llamada vigilancia activa o "espera vigilante". Los médicos monitorean cuidadosamente el cáncer de próstata en busca de signos de crecimiento y progresión mediante análisis de sangre y otros exámenes. Esto ayuda a evitar las complicaciones urinarias y eréctiles asociadas con ciertos tratamientos. Un estudio de 2013 sugiere que las personas diagnosticadas con cánceres de bajo riesgo pueden considerar recibir tratamiento solo cuando parece que la enfermedad puede extenderse.
