Síntomas en niños
Cuando los niños experimentan síntomas inesperados, a menudo son normales y no son motivo de preocupación. Sin embargo, algunos signos pueden apuntar a un problema mayor.
Para obtener un poco de ayuda adicional, agregue los siguientes síntomas a su radar parental. Es posible que deba llevar a su hijo al médico si persiste.
Falta de respuesta a los sonidos fuertes
Los recién nacidos y los bebés no pueden decirle si no están escuchando correctamente. Tampoco responden a cada estímulo de la manera que esperaríamos.
Si nota que a su hijo no le molesta o no responde a los sonidos fuertes, haga una cita con su pediatra para verificar si tiene problemas de audición. Muchos, pero no todos, los estados requieren exámenes de audición para recién nacidos.
Pérdida de la audición
A medida que los niños crecen y se les presentan dispositivos de música personales, equipos de música, juegos de video, televisión e incluso ruidosas calles de la ciudad, su audición puede estar en riesgo.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente el 12.5 por ciento de los niños de entre 6 y 19 años tienen daño auditivo permanente debido a la exposición al ruido fuerte.
Ayuda a mantener el ruido a niveles seguros. Cuando los niños escuchen con auriculares, nunca ajuste el sonido por encima de la mitad del volumen. Lo mismo ocurre con la televisión, los videojuegos y las películas. Limite el tiempo dedicado a los ruidos fuertes tanto como sea posible.
Problemas para enfocarse
Los bebés no pueden decirle si su visión es borrosa o si no pueden enfocar sus ojos. Pero hay formas sutiles que puedes ver.
Si su bebé nunca parece enfocarse en objetos o si le resulta difícil encontrar objetos cercanos como su cara o mano, infórmeselo a su pediatra. Esté atento a las señales en los niños en edad escolar, como entrecerrar los ojos, dificultad para leer o sentarse demasiado cerca del televisor.
Si su hijo no se está desempeñando bien en clase, asegúrese de preguntar si puede ver la pizarra. Muchos niños son etiquetados como "estudiantes pobres" o "disruptivos", o incluso son diagnosticados con TDAH, cuando en realidad tienen una visión deficiente no identificada. El roce constante de los ojos es otra señal de posibles problemas de visión.
Fiebre alta y dolor de cabeza intenso
Los niños a menudo tienen fiebre debido a enfermedades como virus estomacales e infecciones menores. Cuando una fiebre alta se acompaña de un dolor de cabeza tan intenso que a su hijo le cuesta mucho mantener los ojos abiertos, es señal de un problema mayor.
Consulte a su pediatra de inmediato para descartar una afección más grave, como la meningitis. Si no se trata, la meningitis puede causar complicaciones significativas y, en casos graves, incluso la muerte.
Su pediatra puede ordenar pruebas para ayudar a determinar qué está causando los síntomas de su hijo y ofrecerle el tratamiento más adecuado.
Dolor abdominal
Los dolores de estómago pueden parecer comunes para algunos niños, especialmente a medida que realizan nuevas dietas, prueban nuevos alimentos o tienen una sobrecarga ocasional de comida chatarra.
El dolor en el abdomen puede indicar un problema más grave si nota un nivel adicional de incomodidad en su hijo, como:
- dolor abdominal en el lado inferior derecho
- vómitos
- Diarrea
- dolor de estómago cuando se toca
Por ejemplo, este tipo de dolor abdominal podría indicar una afección como la apendicitis. La diferencia clave entre la apendicitis y un virus estomacal es que en la apendicitis, el dolor de estómago empeora con el tiempo.
Fatiga extrema
La fatiga extrema es un síntoma que no debe ignorarse. Si su hijo muestra síntomas de fatiga o no parece tener su energía habitual durante un período prolongado de tiempo, hable con su pediatra.
La fatiga extrema puede tener varias causas diferentes. No descarte estas quejas como síntomas de noches tardías o adolescencia. Su pediatra puede investigar una variedad de posibilidades, que incluyen anemia, síndrome de malabsorción y depresión.
Es importante, particularmente con los adolescentes, darle a su hijo la opción de hablar con su médico sin que usted esté en la habitación. Su hijo, y especialmente un niño mayor, pueden sentirse más cómodos hablando sobre problemas médicos o sociales específicos con su médico de forma independiente.
Problemas respiratorios
Según los CDC, más del 8 por ciento de los niños en los Estados Unidos tienen asma. Los signos reveladores incluyen dificultad para respirar al jugar o hacer ejercicio, un silbido al exhalar, falta de aliento o dificultad para recuperarse de una infección respiratoria.
El tratamiento no cura el asma, pero ayuda a minimizar los síntomas o detener los ataques de asma cuando ocurren. Si nota que su hijo tiene problemas respiratorios, hable con su pediatra.
Pérdida de peso
La pérdida de peso inexplicable puede ser un síntoma preocupante.
Las fluctuaciones leves en el peso de un niño son generalmente normales. Pero la pérdida de peso dramática y no intencionada podría ser un signo de un problema.
Si nota una caída repentina e inexplicable en el peso de su hijo, es importante consultar a su pediatra. Hágales saber sobre el problema de la pérdida de peso lo antes posible. Pueden hacerle preguntas a su hijo y ordenar pruebas para buscar el motivo de la pérdida de peso.
Sed extrema
Las horas dedicadas a correr y jugar requieren una hidratación adecuada. La sed extrema es otra cosa completamente distinta.
Si nota que su hijo tiene una necesidad insaciable de beber agua o parece que no puede satisfacer su sed, consulte a su pediatra. La sed constante puede ser un signo de una afección de salud subyacente, como la diabetes.
Según la Asociación Americana de Diabetes, aproximadamente 1.25 millones de niños y adultos en los Estados Unidos viven con diabetes tipo 1. Se diagnostica con mayor frecuencia en niños y adultos jóvenes que en las personas mayores.
El exceso de sed es solo un síntoma de diabetes tipo 1. Otros síntomas incluyen aumento de la micción, hambre extrema, pérdida de peso y fatiga. Si alguno de estos síntomas está presente, haga una cita para que su hijo vea a su pediatra.
La comida para llevar
Las visitas al médico de rutina son una parte importante para asegurarse de que su hijo se mantenga saludable. Pero incluso si su hijo no va a someterse a un chequeo, es importante que vea a su pediatra si experimenta síntomas inesperados y potencialmente graves.
Recibir tratamiento temprano para una nueva condición de salud puede hacer una gran diferencia. Diagnosticar y tratar la afección puede ayudar a prevenir futuras complicaciones. También puede ayudar a su hijo a comenzar a sentirse mejor antes.