¿Qué es una placenta retenida?
El parto ocurre en tres etapas:
- La primera etapa es cuando comienza a experimentar las contracciones que causan cambios en su cuello uterino para prepararse para el parto.
- La segunda etapa es cuando da a luz a su bebé.
- La tercera etapa es cuando liberas la placenta, el órgano responsable de alimentar a tu bebé durante el embarazo.
Su cuerpo generalmente expulsa la placenta dentro de los 30 minutos posteriores al parto. Sin embargo, si la placenta o partes de la placenta permanecen en su útero durante más de 30 minutos después del parto, se considera una placenta retenida.
Cuando no se trata, una placenta retenida puede causar complicaciones potencialmente mortales para la madre, incluidas infecciones y pérdida excesiva de sangre.
¿Cuáles son los tipos de placenta retenida?
Hay tres tipos de placenta retenida:
Adherentes de placenta
La placenta adherente es el tipo más común de placenta retenida. Ocurre cuando el útero o matriz no se contrae lo suficiente como para expulsar la placenta. En cambio, la placenta permanece unida sin apretar a la pared uterina.
Placenta atrapada
Una placenta atrapada ocurre cuando la placenta se desprende del útero pero no abandona el cuerpo. Esto ocurre a menudo porque el cuello uterino comienza a cerrarse antes de extraer la placenta, lo que hace que la placenta quede atrapada detrás de ella.
Placenta Accreta
La placenta acreta hace que la placenta se adhiera a la capa muscular de la pared uterina en lugar del revestimiento uterino. Esto a menudo hace que el parto sea más difícil y causa sangrado severo. Si no se puede detener el sangrado, se pueden requerir transfusiones de sangre o una histerectomía.
¿Cuáles son los signos y síntomas de una placenta retenida?
El signo más obvio de una placenta retenida es la incapacidad de la totalidad o parte de la placenta para abandonar el cuerpo dentro de una hora después del parto.
Cuando la placenta permanece en el cuerpo, las mujeres a menudo experimentan síntomas el día después del parto. Los síntomas de una placenta retenida el día después del parto pueden incluir:
- una fiebre
- secreción de la vagina con mal olor que contiene grandes piezas de tejido
- sangrado abundante que persiste
- dolor intenso que persiste
¿Quién está en riesgo de una placenta retenida?
Los factores que pueden aumentar su riesgo de una placenta retenida incluyen:
- tener más de 30 años
- dar a luz antes del 34semana de embarazo o tener un parto prematuro
- Tener una primera o segunda etapa de parto prolongada
- tener un bebé muerto
¿Cómo se diagnostica una placenta retenida?
Un médico puede diagnosticar una placenta retenida examinando cuidadosamente la placenta expulsada para ver si aún está intacta después del parto. La placenta tiene una apariencia muy distinta, e incluso una pequeña porción faltante puede ser motivo de preocupación.
Sin embargo, en algunos casos, un médico puede no notar que falta una pequeña parte de la placenta. Cuando esto ocurre, una mujer a menudo experimentará síntomas poco después del parto.
Si su médico sospecha que tiene una placenta retenida, le realizarán un ultrasonido para observar el útero. Si falta alguna parte de la placenta, necesitará tratamiento de inmediato para evitar complicaciones.
¿Cómo se trata una placenta retenida?
El tratamiento para una placenta retenida consiste en eliminar toda la placenta o cualquier parte faltante de la placenta. Puede incluir los siguientes métodos:
- Es posible que su médico pueda eliminar la placenta con la mano, pero esto conlleva un mayor riesgo de infección.
- También pueden usar medicamentos para relajar el útero o para que se contraiga. Esto puede ayudar a su cuerpo a deshacerse de la placenta.
- En algunos casos, la lactancia también puede ser efectiva porque hace que su cuerpo libere hormonas que hacen que su útero se contraiga.
- Su médico también puede alentarlo a orinar. Una vejiga llena a veces puede evitar la liberación de la placenta.
Si ninguno de estos tratamientos ayuda al cuerpo a expulsar la placenta, es posible que su médico deba realizar una cirugía de emergencia para extraer la placenta o las piezas restantes. Dado que la cirugía puede provocar complicaciones, este procedimiento a menudo se realiza como último recurso.
¿Cuáles son las posibles complicaciones de una placenta retenida?
La liberación de la placenta es un paso importante para permitir que el útero se contraiga y para evitar que ocurra más sangrado. Si no se libera la placenta, los vasos sanguíneos donde el órgano aún está unido continuarán sangrando. Su útero tampoco podrá cerrarse adecuadamente y evitará la pérdida de sangre. Esta es la razón por la cual el riesgo de pérdida severa de sangre aumenta significativamente cuando la placenta no se libera dentro de los 30 minutos posteriores al parto. En muchos casos, el sangrado excesivo puede ser mortal.
¿Cuál es la perspectiva para las mujeres con una placenta retenida?
Una placenta retenida es una complicación rara del embarazo que se puede tratar de manera efectiva una vez que se diagnostica. Tomar medidas para corregir el problema rápidamente puede resultar en un resultado favorable. Si está en riesgo de una placenta retenida o si ha experimentado una placenta retenida en el pasado, discuta cualquier inquietud que tenga con su médico antes de dar a luz. Esto le permitirá estar lo más preparado posible para cualquier complicación.
¿Cómo se puede prevenir una placenta retenida?
Los médicos generalmente pueden prevenir una placenta retenida tomando medidas para promover la entrega completa de la placenta durante la tercera etapa del parto. Estos pasos incluyen lo siguiente:
- Pueden darle un medicamento que aliente al útero a contraerse y liberar la placenta. La oxitocina (Pitocina) es un tipo de medicamento que puede usarse.
- Pueden aplicar tracción controlada del cordón (CCT) después de que la placenta se haya separado. Durante la CCT, su médico sujeta el cordón umbilical del bebé y luego tira del cordón mientras aplica presión. Esto alienta la salida de la placenta después del parto.
- Pueden estabilizar su útero a través del tacto mientras aplican CCT.
Puede notar que su médico sigue estos pasos antes de entregar la placenta. Después de dar a luz, su médico probablemente le recomendará que masajee su útero. Esto fomenta las contracciones que ayudan a detener el sangrado y permite que el útero comience a regresar a un tamaño más pequeño.