Se estima que en los Estados Unidos, 1 de cada 68 niños tiene autismo, con más de 3 millones de personas diagnosticadas en total. Multiplique eso por las familias y amigos de estas personas, y puede descubrir que casi todos tienen una conexión con alguien afectado por el autismo.
Como consultor educativo que trabaja con escuelas y familias con niños con discapacidades, he experimentado esta conexión de primera mano. Aquí hay algunos consejos que puede usar para asegurarse de que su hijo viva su mejor vida.
Primero, respira profundo
Un diagnóstico de autismo no cambia quién es su hijo o qué puede lograr. La investigación ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, y siempre se están estudiando nuevas ideas y estrategias de tratamiento en colegios e institutos de investigación de todo el país. Los investigadores han desarrollado programas efectivos para ayudar a los niños con autismo a desarrollar sus habilidades de comunicación, sociales, académicas, motoras y vocacionales para que puedan vivir vidas largas, saludables y productivas. Todo esto comienza contigo, y cuanto antes comience, mejor.
Prepárese para una intervención temprana
Si bien existe un período crítico en el desarrollo infantil de 0 a 3 años, debe buscar diferentes terapias para su hijo en el momento del diagnóstico. No existe una cura para el autismo, pero existen terapias que pueden ayudar a crear habilidades fundamentales para que su hijo desarrolle a medida que crece y se desarrolla.
Si bien se recomienda una intervención temprana, nunca es demasiado tarde para determinar si su hijo es elegible para ciertas terapias, que incluyen:
- terapia del lenguaje
- terapia ocupacional (OT)
- fisioterapia (PT)
- terapia social o conductual (ABA, FloorTime, etc.)
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Aprende a escuchar sin tus oídos
Aprende a escuchar con tus ojos. Tener un retraso en el desarrollo del habla o no ser verbal no significa que su hijo no se esté comunicando. Todo lo que hacemos, incluso el silencio, es comunicación. Cuanto antes entienda cómo se comunica su hijo, más fácil será interactuar y responder a su idioma.
La terapia del habla puede centrarse en varios aspectos, que incluyen:
- articulación (cómo hacemos sonidos con nuestras bocas)
- comunicación no verbal (símbolos, lenguaje de señas o dispositivos de comunicación de salida de voz)
- pragmática social (cómo usamos el lenguaje con otras personas)
Solo recuerde: todo lo que hace su hijo tratando de decirle algo, ¡así que asegúrese de escuchar!
Familiarizarse con "bruto" y "bien"
Los niños con autismo a veces tienen problemas de coordinación motora que deben abordarse. Hay dos tipos principales de funciones motoras: gruesa y fina.
Las habilidades motoras gruesas implican grandes movimientos corporales y músculos. La fisioterapia (PT) tiende a trabajar en estas habilidades, como gatear, caminar, saltar y navegar escaleras.
Las habilidades motoras finas, por otro lado, son movimientos pequeños y delicados, como escribir, cerrar una chaqueta o abotonarse una camisa. Para estos, su hijo trabajará con un terapeuta ocupacional. Estas habilidades tienden a requerir una gran cantidad de habilidades motoras y coordinación mano-ojo, y a menudo necesitan práctica adicional.
Trata de pensar en las habilidades motoras finas de la misma manera que pensarías en enseñarle álgebra a alguien. Hay una serie de movimientos complejos y estrategias de planificación motriz que se utilizan para aprender cada actividad, y al igual que el álgebra, deben enseñarse y dominarse en orden.
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Comprender que experimentan un sentido diferente
Es posible que haya visto a niños con autismo sentados en sillas adaptables o "apelmazados", o haciendo movimientos repetitivos como mecer sus cuerpos o agitar sus brazos. Estos movimientos se deben típicamente a mayores necesidades sensoriales. No son diferentes de los hábitos que puede tener alguien sin autismo, como masticar el extremo de un lápiz o golpearse el pie. Todos estos comportamientos tienen un propósito interno, pero para los niños con autismo, los movimientos repetitivos pueden ser perjudiciales en ciertas situaciones.
La terapia ocupacional intenta desarrollar una "dieta" sensorial que proporcione la información que un niño necesita de una manera controlada y socialmente apropiada. Si un niño necesita saltar hacia arriba y hacia abajo para calmarse, los OT construirán actividades que ofrezcan los mismos aportes que el salto. Esto podría incluir descansos en el trampolín, apretar los pies o sentarse en pelotas de yoga.
Participar en el análisis de comportamiento aplicado
El análisis conductual aplicado, o ABA, es una de las formas de terapia conductual más investigadas y más ampliamente aceptadas para niños con autismo. Hay muchos defensores fuertes de ABA, citando su base empírica. Los profesionales de ABA creen que el comportamiento es una función de un entorno. Al manipular el entorno alrededor de un niño, podemos proporcionar la estructura para ayudarlo a aprender y desarrollar nuevas habilidades.
Otra terapia popular para las habilidades sociales y de comportamiento es FloorTime, que implica una terapia dirigida a los niños y basada en el juego.
No tengas miedo de probar algo nuevo
Terapia de caballos, grupos de habilidades sociales, clases de natación, música, arte … puede que no haya una base de investigación sólida para todos estos programas, pero si su hijo es feliz y exitoso en ellos, ¡sigan así! No todas las terapias tienen que ver con datos y progreso: la recreación y el ocio pueden ser tan importantes para el desarrollo integral de un niño.
Pero no vayas muy lejos …
Tenga cuidado con las "curas milagrosas". Algunas personas pueden tratar de aprovecharse de su instinto paterno para querer lo mejor para su hijo. Mire cada nuevo tratamiento con un ojo escéptico, incluidos los tratamientos e intervenciones médicas. Asegúrese de hablar con su médico antes de probar algo nuevo, especialmente si se trata de dietas estrictas, remedios caseros, hierbas y medicamentos no regulados. A veces las cosas que suenan demasiado buenas para ser verdad probablemente lo sean.
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Recuerde: no puede cambiar a su hijo, pero puede cambiar
Encontrar tiempo para practicar cuando usted y su hijo no tienen hambre ni están cansados lo ayudará a tener más paciencia con estas tareas. Además, darse cuenta de que lo que puede ser importante para usted que su maestro de niños puede no parecer importante para ellos.
Su hijo sigue siendo su hijo, ya sea que tenga un diagnóstico de autismo o no. Muéstrales compasión, comprensión y amabilidad. Protégelos de los males del mundo, pero no los escondas de él. Enséñeles a amar y ser amados. Recuerde que un diagnóstico no los convierte en quienes son.
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Adam Soffrin es un consultor educativo con sede en el Área de la Bahía, que trabaja con escuelas y familias para garantizar que los niños con discapacidades reciban servicios educativos inclusivos, apropiados y de apoyo. Adam también relata su trabajo como maestro de educación especial y analista de comportamiento en su sitio web.