Tosiendo, estornudando y esa naricita tapada …
Cuando su pequeño tiene un resfriado, los síntomas pueden variar. Pero la congestión nasal casi siempre es un problema.
Para muchos padres, una nariz tapada es más preocupante que una que sigue funcionando. Para muchos cuidadores, esto se debe a que la congestión parece afectar qué tan bien respira su hijo. Si bien los adultos y los niños mayores pueden sonarse la nariz para ayudar a limpiar sus fosas nasales, no todos los niños pequeños habrán dominado esta habilidad todavía.
Según la Academia Estadounidense de Pediatría, a los niños menores de 4 años no se les deben dar medicamentos para la tos y el resfriado de venta libre. La academia también aconseja que estos medicamentos solo deben administrarse con la guía de un médico para niños entre 4 y 6 años. Esto se debe a que no son efectivos para los niños pequeños. También pueden presentar efectos secundarios graves, incluso mortales.
Entonces, ¿cómo puede ofrecer alivio a su niño pequeño? Pruebe estos cinco remedios caseros suaves y efectivos para aliviar la congestión.
Esto debería ayudar a que su hijo se sienta cómodo hasta que el resfriado siga su curso, generalmente después de aproximadamente 10 días.
1. aire humeante
Hacer que su niño respire aire húmedo puede ayudar a aflojar toda la mucosidad que causa su congestión. Intente usar un humidificador, vaporizador o simplemente haga que su hijo se siente en un baño de vapor.
Si usa un humidificador, asegúrese de limpiarlo regularmente para evitar la propagación de esporas de moho. Configúrelo de acuerdo con las instrucciones del fabricante. Ejecútelo en la habitación de su hijo durante la noche o manténgalo encendido durante el día mientras juegan.
Un baño tibio en un baño de vapor tendrá el mismo efecto descongestionante. También obtendrá el beneficio adicional de ofrecer comodidad y distracción a su hijo.
Alternativamente, intente correr una ducha caliente, poner una toalla en el piso contra la puerta y simplemente sentarse en el espacio humeante con su pequeño.
Compre un humidificador para ayudar a aliviar la congestión de su hijo.
2. Aspirador nasal y gotas de solución salina
Para los niños pequeños que aún no han aprendido a sonarse la nariz, una jeringa de bulbo puede ayudar a limpiar las fosas nasales. Una jeringa de bulbo, o aspirador nasal, tiene una punta roma unida a un bulbo flexible.
Combínalo con gotas de solución salina o agua salada para obtener la máxima efectividad. Estos están disponibles sin receta médica, o se pueden hacer en casa mezclando 1/2 cucharadita de sal con 8 onzas de agua tibia. Haga un lote nuevo cada día. Aquí se explica cómo hacerlo:
- Acueste suavemente a su hijo boca arriba sobre un rollo de toallas para ayudar a mantener la cabeza hacia atrás.
- Aplique dos o tres gotas de la solución salina en cada fosa nasal. Esto ayudará a diluir el moco que causa la congestión. Si es posible, trate de mantener a su hijo quieto durante aproximadamente un minuto después de aplicar las gotas.
- Luego, siéntalos. Exprima la parte del bulbo de la jeringa. Inserte suavemente la punta de goma en una fosa nasal, teniendo cuidado de no presionarla demasiado profundamente. Para una mejor succión, use su dedo para presionar suavemente la otra fosa nasal cerrada.
- Comience soltando lentamente el bulbo para extraer las gotas de solución salina y el moco. Retire la punta de la jeringa y exprímalo en un pañuelo para expulsar el contenido. Luego límpielo y repita con la otra fosa nasal.
- Asegúrese de limpiar adecuadamente la jeringa de la bombilla después de usarla.
Las gotas de solución salina no deben usarse por más de unos pocos días seguidos. Pueden secar la nariz de su hijo, haciéndolo más incómodo. Evite usar una jeringa de bulbo más de varias veces en un solo día para no irritar el revestimiento sensible en la nariz de su hijo.
A algunos niños realmente no les gustan las jeringas de bulbo. En ese caso, intente usar las gotas de solución salina solo. Simplemente use un pañuelo para limpiar lo que se acaba.
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3. Muchos fluidos
La deshidratación puede ser un problema cuando su hijo tiene un resfriado. Evítelo ofreciendo muchos líquidos.
Hacer que su hijo tome sorbos de líquidos también ayudará a diluir las secreciones nasales y reducir la congestión.
Para bebés y niños mayores, el agua es ideal. Si su hijo se niega, intente ofrecer otras bebidas que aún sean saludables. Los batidos y las paletas de jugo congeladas hechas solo con jugo pueden ser buenas opciones para calmar el dolor de garganta y ayudar a su hijo a mantenerse hidratado.
Si su hijo prefiere algo caliente, el caldo de pollo es otra opción. Los líquidos calientes, incluso el jugo de manzana caliente, pueden ser reconfortantes cuando su hijo tiene un resfriado.
4. Mucho descanso
Algunos niños pequeños no son tan enérgicos como suelen ser cuando están enfermos, especialmente si tienen fiebre. Eso es porque su cuerpo está trabajando duro para luchar contra el resfriado. Anime a su pequeño a descansar tanto como sea posible para que pueda sanar.
Si bien dormir es ideal, el juego tranquilo también es bueno. Intente colocar a su hijo en un área cómoda como su cama, el sofá o incluso en un lugar cómodo con muchas almohadas en el piso. Ofrezca historias, bloques, libros para colorear, una película favorita o simplemente tiempo con usted, cualquier cosa para mantenerlos en silencio.
5. Dormir erguido
Acostarse para descansar puede empeorar la congestión de su hijo. Esto puede interrumpir el sueño. Hay algunas maneras en que puede intentar elevar la parte superior del cuerpo de su hijo para que la gravedad pueda ayudar a reducir la congestión.
Intente colocar una toalla enrollada o una almohada debajo de la parte superior del colchón de su hijo. Esta posición ligeramente vertical puede ser más cómoda que estar acostada, especialmente si su hijo está muy congestionado.
La comida para llevar
Siempre hable con su pediatra antes de probar cualquier remedio de venta libre o en el hogar para la congestión de los niños pequeños. Asegúrese de llamar al pediatra si los síntomas empeoran, o si su niño pequeño desarrolla fiebre de más de 100.4˚F (38˚C) o está actuando muy enfermo.