Visión general
El sangrado interno es un sangrado que ocurre dentro de su cuerpo. Una lesión que daña el exterior de su cuerpo es fácil de ver. Un corte o rasgadura en su piel generalmente sangra. Puedes ver lo que duele, y es fácil determinar qué lo causó.
El sangrado interno no es tan fácil de ver o diagnosticar. El sangrado interno a menudo es el resultado de un trauma o una lesión. Las causas menos obvias también pueden provocar hemorragias internas. Estos incluyen gastritis, daño a los órganos o un trastorno hemorrágico.
En algunos casos, el sangrado puede ser un signo de una afección potencialmente mortal. Si usted o alguien que conoce desarrolla repentinamente los siguientes síntomas, busque atención médica inmediata. Estos podrían ser síntomas de hemorragia interna:
- mareo
- severa debilidad
- desmayarse
- presión arterial baja
- problemas visuales agudos
- entumecimiento
- debilidad en un lado del cuerpo
- dolor de cabeza intenso
- dolor abdominal severo
- dificultad para respirar
- dolor en el pecho
- náusea
- vómitos
- Diarrea
Puede notar vómitos o heces con sangre u oscuras. Ocasionalmente, si el sangrado está detrás de los órganos internos en el abdomen, es posible que tenga moretones alrededor del ombligo o en los costados del abdomen.
Otros casos de hemorragia interna pueden ser menos graves, pero aún es importante que consulte a su médico tan pronto como note síntomas.
Signos y síntomas de hemorragia interna
El sangrado interno es un síntoma de una lesión, afección o enfermedad. No tendrá sangrado interno sin una razón subyacente.
Reconocer los síntomas de una hemorragia interna puede ayudarlo a usted y a su médico a comprender qué está sangrando, por qué está sangrando y qué afecciones podrían estar contribuyendo al problema.
Sangrado interno en la cabeza
Esto puede causar:
- debilidad, generalmente en un lado de su cuerpo
- entumecimiento, generalmente en un lado de su cuerpo
- hormigueo, especialmente en manos y pies
- dolor de cabeza intenso y repentino
- dificultad para tragar o masticar
- cambio de visión o audición
- pérdida de equilibrio, coordinación y enfoque ocular
- dificultad para hablar o entender el habla
- dificultad para escribir
- cambios en el estado de alerta general, incluidos aumentos en la somnolencia, letargo o estupor
- pérdida de consciencia
Sangrado interno en su pecho o abdomen
Esto puede causar:
- dolor abdominal
- dificultad para respirar
- dolor en el pecho
- mareos, especialmente al estar de pie
- moretones alrededor de su ombligo o en los costados de su abdomen
- náusea
- vómitos
- sangre en la orina
- heces negras y alquitranadas
- sangrado de otra área, incluyendo oídos, nariz, boca o ano
Sangrado interno en sus músculos o articulaciones
Esto puede causar:
- dolor en una articulación
- hinchazón en una articulación
- rango de movimiento disminuido
Otros síntomas
Es posible experimentar shock en algunos casos de hemorragia interna.
Esto es especialmente cierto si se produce una hemorragia interna en lugares donde se puede perder una cantidad considerable de sangre, como el pecho, el abdomen o el muslo. El shock ocurre cuando no hay suficiente sangre para abastecer todo su cuerpo.
Los síntomas de shock incluyen:
- ritmo cárdiaco elevado
- presión arterial baja
- piel sudorosa
- cambios en el estado de alerta general, incluidos aumentos en la somnolencia, letargo o estupor
- debilidad general
La presencia de otras afecciones subyacentes puede ayudar a los médicos a identificar si está perdiendo sangre en alguna parte.
Por ejemplo, la anemia se asocia comúnmente con una hemorragia interna lenta y crónica. Puede causar fatiga, debilidad y falta de aliento.
Algunas personas con hemorragia interna también tendrán presión arterial baja debido a la pérdida constante de sangre. Esto se conoce como hipotensión ortostática. Los síntomas comunes incluyen sentirse mareado o aturdido cuando se pone de pie.
Causas de hemorragia interna
A veces, identificar lo que está causando el sangrado interno puede ser simple. Si ha estado involucrado en un accidente o ha tenido una lesión reciente, es probable que el sangrado sea el resultado de ese evento.
Además, diagnosticar la causa puede ser más fácil si tiene una afección que puede provocar hemorragias internas, como gastritis.
Sin embargo, no todos los casos de hemorragia interna son tan claros. Encontrar la fuente de hemorragia interna puede llevar algún tiempo y requerir un examen físico completo.
Causas generales
Estos pueden incluir:
- Daño a un vaso sanguíneo. Se pueden producir rasgaduras menores con una lesión.
- Factores de coagulación. Su cuerpo produce proteínas para detener cualquier sangrado si se corta o se lesiona. Si su cuerpo no produce suficientes factores de coagulación, puede sangrar libremente.
- Ciertos medicamentos Ciertos medicamentos, como los anticoagulantes, pueden prevenir la coagulación y provocar hemorragias graves si se lesiona o tiene un accidente. Algunos medicamentos de venta libre, como la aspirina, pueden dañar el revestimiento del estómago.
- Presión arterial alta crónica. La presión arterial alta debilita las paredes de los vasos sanguíneos. Las paredes débiles pueden formar aneurismas que pueden romperse y sangrar.
- Trastornos hemorrágicos hereditarios. La hemofilia es una condición genética que evita que la sangre se coagule adecuadamente. Una lesión menor puede sangrar mucho si no se trata adecuadamente.
- Causas gastrointestinales (GI). El sangrado en su abdomen o estómago puede ser causado por una de varias afecciones gastrointestinales. Estos incluyen pólipos de colon, colitis, enfermedad de Crohn, gastritis, esofagitis y úlceras pépticas.
- Endometriosis La endometriosis es una afección en la que el tejido uterino está creciendo fuera del útero. El útero arrojará su revestimiento y causará sangrado en un lugar separado, como la pelvis. El diagnóstico se realiza con la ayuda de biopsias, una tomografía computarizada, una resonancia magnética y un ultrasonido.
- Factores de estilo de vida. El alcohol, el fumar y las drogas ilícitas pueden irritar el revestimiento del estómago.
Causas más graves
Estos pueden incluir:
- Trauma. Las experiencias que incluyen accidentes automovilísticos, caídas y dejar caer un objeto pesado sobre usted pueden dañar sus órganos, vasos sanguíneos y huesos. Puede experimentar sangrado interno sin cortarse la piel.
- Los aneurismas. Las paredes de los vasos sanguíneos débiles pueden abultarse y formar bolsas de sangre. Muchos aneurismas no causan ningún síntoma, pero un aneurisma reventado puede ser mortal.
- Huesos rotos. La mayoría de los huesos rotos no son motivo de preocupación, pero romper los huesos más grandes de su cuerpo, como el fémur, puede causar un sangrado interno significativo.
- Embarazo ectópico. Un embarazo fuera del útero puede causar sangrado interno a medida que el feto crece. La condición puede ser mortal.
- La cirugía. Antes de que un cirujano complete una operación, se aseguran de que se haya detenido todo el sangrado. Si pierden algo, el sangrado puede continuar incluso después de cerrar la incisión. En algunos casos, este sangrado puede ser severo.
No importa la causa, es importante que obtenga atención médica. La hemorragia interna menor puede volverse más grave rápidamente si la causa no se identifica y no se trata rápidamente.
Diagnóstico de hemorragia interna
El diagnóstico de una hemorragia interna generalmente requiere exámenes médicos, un examen físico y una revisión exhaustiva de su historial médico. Su médico puede usar pruebas de laboratorio y herramientas de imágenes para identificar la causa de su hemorragia interna y medir la gravedad.
Para las lesiones, una prueba de imagen puede ser todo lo que se necesita. Una radiografía muestra una imagen de sus huesos. Una tomografía computarizada es una radiografía avanzada que puede ver huesos, tejidos y vasos sanguíneos. La angiografía es una prueba de imagen que puede examinar cuidadosamente los vasos sanguíneos individuales.
Si la causa del sangrado no se determina fácilmente, su médico puede ordenar varias pruebas médicas para ayudar a identificar qué es el sangrado y por qué.
Opciones de tratamiento
El primer objetivo del tratamiento es encontrar la fuente del sangrado y detenerlo. Algunos sangrados pueden ser leves y pueden detenerse por sí solos. Otros casos son más graves y pueden requerir medidas más profundas, incluida la cirugía.
Cuando su médico le recete un tratamiento para el sangrado interno, es probable que considere:
- la gravedad de la causa
- El órgano o vaso sanguíneo que está lesionado
- su salud general
En casos leves de hemorragia interna, el tratamiento generalmente implica reposo y control de los síntomas.
El descanso le da tiempo a su cuerpo para sanar mientras reabsorbe la sangre y la inflamación disminuye. Algunas técnicas de tratamiento adicionales pueden ser necesarias para las hemorragias lentas una vez que se identifica y trata la causa.
Sin embargo, algunas causas de hemorragia interna necesitan un mayor tratamiento. La cirugía puede ser necesaria para detener el sangrado y limpiar la sangre acumulada. El tipo de cirugía que necesita depende de la gravedad del sangrado, dónde está el sangrado y su estado general de salud.
Una vez que se detiene el sangrado, el tratamiento se centrará en reparar cualquier daño y estabilizar su cuerpo.
Complicaciones
Dependiendo de la gravedad, el sangrado interno no tratado puede provocar insuficiencia orgánica, coma y, en algunos casos, la muerte. Incluso con tratamiento, una hemorragia interna grave puede provocar la muerte.
Es muy importante identificar y tratar el sangrado interno temprano para evitar complicaciones.
panorama
Es importante encontrar y tratar la causa y los factores de riesgo que pueden conducir a una hemorragia interna. Sin un tratamiento rápido, puede experimentar efectos duraderos.
Por ejemplo, el sangrado en el cerebro puede causar un derrame cerebral o daño cerebral a largo plazo. Es posible que necesite terapia física, ocupacional y del habla para volver a aprender ciertos comportamientos y actividades. Estas terapias también pueden ayudar a prevenir futuras lágrimas o daños en los vasos sanguíneos.
Si se detecta, diagnostica y trata adecuadamente el sangrado interno, el pronóstico es positivo. Muchas personas pueden recuperarse por completo. Es posible que se necesiten tratamientos adicionales para prevenir una hemorragia futura, pero quedarán pocos efectos duraderos.