Visión general
El dolor irruptivo es un brote repentino y breve de dolor por una enfermedad crónica como la artritis o el cáncer. Incluso si ha estado manejando su dolor con medicamentos, durante este brote el dolor se vuelve lo suficientemente intenso como para "romper" el medicamento para el dolor que está tomando.
A veces, el dolor irruptivo tiene un desencadenante evidente. Por ejemplo, si tiene artritis en las muñecas y juega al tenis, puede desencadenar el dolor balanceando la raqueta. En otros casos, los ataques de dolor innovadores son impredecibles y se producen sin previo aviso. Las personas que tienen cáncer a veces experimentan períodos de dolor mientras toman analgésicos opioides.
Alrededor del 86 por ciento de los estadounidenses que viven con condiciones de dolor crónico tienen episodios de dolor irruptivo. Estos episodios aparecen repentinamente y generalmente duran unos 30 minutos. El dolor puede aparecer solo ocasionalmente, o con la frecuencia de cuatro veces al día.
El dolor irruptivo puede controlarse cambiando su medicación, evitando sus desencadenantes y probando técnicas alternativas de alivio del dolor.
Causas y desencadenantes
El dolor irruptivo afecta a personas con afecciones de dolor crónico. Es común en personas con cáncer, pero también puede ocurrir en personas con:
- artritis
- fibromialgia
- dolor de espalda
- esclerosis múltiple
Los episodios de dolor irruptivo a menudo comienzan inesperadamente. El dolor puede ser provocado por algo tan aparentemente inofensivo como toser o estornudar.
Otras posibles causas de dolor irruptivo incluyen:
- estrés
- enfermedad
- caminar y otras formas de ejercicio
A veces puede tener un dolor irruptivo si se vuelve tolerante a los medicamentos para el dolor que toma. La tolerancia significa que debe tomar una dosis cada vez más alta del medicamento para obtener el mismo alivio del dolor. También puede tener un dolor irruptivo si los efectos de su medicamento para el dolor comienzan a desaparecer antes de que sea hora de que tome la siguiente dosis.
A veces, el dolor irruptivo no tiene ningún desencadenante obvio.
Medicación y dosificación
Antes de que pueda tratar el dolor irruptivo, debe asegurarse de que su dolor crónico esté bien manejado. El dolor moderado se puede controlar con medicamentos recetados no narcóticos como los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos o el acetaminofén. El dolor crónico más severo se trata con un opioide de liberación prolongada que dura de 8 a 12 horas.
Consulte a su médico o especialista en dolor si el medicamento a largo plazo que toma no controla adecuadamente su dolor. Es posible que deba aumentar la dosis, agregar otro analgésico o incorporar otros tratamientos.
Para ayudar a su médico a comprender mejor el dolor que experimenta, mantenga un registro de sus episodios de dolor en un diario de dolor. Anote cuándo comienza el dolor, cuánto dura y qué lo desencadena.
Para tratar episodios de dolor irruptivo, puede tomar un "medicamento de rescate". Esto significa un analgésico que funciona rápidamente y dura poco tiempo. Por lo general, el dolor irruptivo se trata con un opioide de acción corta que es del 5 al 20 por ciento de la dosis que normalmente toma para controlar el dolor crónico. Tomarás este analgésico justo cuando comiencen tus síntomas.
Un opioide de acción rápida comúnmente utilizado para el dolor irruptivo es el citrato de fentanilo narcótico. Viene como una "piruleta" que se absorbe a través del revestimiento de la mejilla. El fentanilo también viene en tabletas que se disuelven debajo de la lengua, como un parche y como un aerosol nasal.
Su médico debe adaptar su medicamento para el dolor innovador y la dosis para usted. Debido a que su dolor puede evolucionar con el tiempo, vuelva a consultar periódicamente con su médico para ver si necesita ajustar su régimen de medicamentos para el dolor.
Prevenir un brote
Una forma efectiva de prevenir el dolor irruptivo es evitar todo lo que sabe que lo desencadena.
Si tiene artritis y escribir en un teclado agrava su dolor de muñeca, use un teclado ergonómico o un software de reconocimiento de voz, o use una muñequera. Si la tos hace que su dolor aumente, tome un supresor de la tos. Si la actividad desencadena su dolor, es posible que deba alternar períodos de ejercicio con descanso.
También puede probar estas técnicas alternativas para aliviar el dolor para prevenir y controlar el dolor irruptivo:
- acupuntura
- Terapia de Masajes
- Técnicas de relajación como la respiración profunda y la meditación.
- Tai Chi
- yoga
- calor y frio
Si tiene cáncer, el dolor irruptivo podría ser una señal de que su enfermedad ha progresado. Es posible que necesite cirugía, radiación, quimioterapia u otros tratamientos para reducir el tumor y aliviar su dolor.
Complicaciones
El dolor irruptivo puede causar mucha ansiedad y angustia. Puede interferir con su rutina y puede afectar negativamente su calidad de vida.
Las complicaciones del dolor irruptivo incluyen:
- Disminución de la movilidad, lo que puede conducir a músculos débiles, articulaciones rígidas, úlceras por presión, estreñimiento, neumonía y coágulos de sangre.
- depresion y ansiedad
- soledad
- visitas más frecuentes al médico y al hospital
panorama
El dolor irruptivo puede ser difícil de manejar, especialmente si tiene cáncer en etapa tardía. Sin embargo, puede tratarlo, al igual que trata el dolor crónico.
Consulte a su médico, quien puede ajustar su tipo o dosis de analgésicos. También pueden recomendar otras formas de ayudarlo a lidiar con los brotes de dolor.