El conducto radicular y el mito del cáncer
Desde la década de 1920, existe el mito de que los conductos radiculares son una causa importante de cáncer y otras enfermedades dañinas. Hoy, este mito circula en internet. Se originó a partir de la investigación de Weston Price, un dentista de principios del siglo XX que realizó una serie de pruebas defectuosas y mal diseñadas.
Price creía, según su investigación personal, que los dientes muertos que se sometieron a la terapia del conducto radicular aún albergan toxinas increíblemente dañinas. Según él, estas toxinas actúan como caldo de cultivo para el cáncer, la artritis, las enfermedades cardíacas y otras afecciones.
¿Qué son los conductos radiculares?
Un tratamiento de conducto es un procedimiento dental que repara dientes dañados o infectados.
En lugar de extraer el diente infectado por completo, los endodoncistas perforan el centro de la raíz del diente para limpiar y llenar los canales.
El centro de un diente está lleno de vasos sanguíneos, tejido conectivo y terminaciones nerviosas que lo mantienen vivo. Esto se llama pulpa de raíz. La pulpa de la raíz puede infectarse debido a una grieta o cavidad. Si no se trata, estas bacterias pueden causar problemas. Éstos incluyen:
- absceso dental
- pérdida de hueso
- hinchazón
- dolor de muelas
- infección
Cuando la pulpa de la raíz está infectada, debe tratarse lo antes posible. La endodoncia es el campo de la odontología que estudia y trata enfermedades de la pulpa de la raíz del diente.
Cuando las personas tienen infecciones de la pulpa de la raíz, los dos tratamientos principales son la terapia o extracción del conducto radicular.
Refutando el mito
La idea de que los conductos radiculares causan cáncer es científicamente incorrecta. Este mito también es un peligro para la salud pública porque podría evitar que las personas obtengan endodoncias que necesitan.
El mito se basa en la investigación de Price, que es extremadamente poco confiable. Estos son algunos de los problemas con los métodos de Price:
- Las condiciones para los experimentos de Price estaban mal controladas.
- Las pruebas se realizaron en entornos no estériles.
- Otros investigadores no han podido duplicar sus resultados.
Los críticos prominentes de la terapia del conducto radicular a veces argumentan que la comunidad dental moderna está conspirando para suprimir la investigación de Price a propósito. Sin embargo, ningún estudio controlado revisado por pares muestra un vínculo entre el cáncer y los conductos radiculares.
En cualquier caso, hay grandes grupos de dentistas y pacientes que creen en Price. Por ejemplo, Joseph Mercola, un médico que sigue la investigación de Price, afirma que "el 97 por ciento de los pacientes con cáncer terminal anteriormente tenían endodoncia". No hay evidencia para apoyar su estadística y esta información errónea conduce a la confusión y la ansiedad.
Endodoncias, cáncer y miedo
Las personas que se someten a terapia de endodoncia no tienen más o menos probabilidades de enfermarse que cualquier otra persona. Prácticamente no hay evidencia que relacione el tratamiento del conducto radicular y otras enfermedades.
Los rumores en sentido contrario pueden causar una gran cantidad de estrés indebido para muchas personas, incluidos los antiguos y futuros pacientes del conducto radicular.
Algunas personas que han tenido endodoncias incluso llegan a extraer sus dientes muertos. Ven esto como una precaución de seguridad porque creen que el diente muerto aumenta su riesgo de cáncer. Sin embargo, jalar los dientes muertos es innecesario. Siempre es una opción disponible, pero los dentistas dicen que salvar sus dientes naturales es la mejor opción.
Extraer y reemplazar un diente requiere tiempo, dinero y tratamiento adicional, y puede afectar negativamente a los dientes vecinos. Muchos dientes vivos que se someten a la terapia del conducto radicular son sanos, fuertes y duran toda la vida.
Los avances en la odontología moderna que hacen que el tratamiento de endodoncia y la terapia del conducto radicular sean seguros, predecibles y efectivos deben ser confiables en lugar de ser temidos.
Conclusión
La idea de que los conductos radiculares pueden causar cáncer no está respaldada por investigaciones válidas y se perpetúa por investigaciones incorrectas de hace más de un siglo. Desde entonces, la odontología ha avanzado para incluir equipos médicos más seguros, higiene, anestesia y técnicas.
Estos avances han hecho que los tratamientos que hubieran sido dolorosos y peligrosos hace 100 años fueran extremadamente seguros y confiables. No tiene ninguna razón para temer que un próximo tratamiento de conducto le cause cáncer.