Hepatitis C Crónica: Síntomas, Diagnóstico Y Tratamiento

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¿Qué es la hepatitis C crónica?

La infección crónica por hepatitis C es causada por el virus de la hepatitis C (VHC). Cuando el virus ingresa al cuerpo, causa una infección en el hígado. Con el tiempo, la infección cicatriza el hígado y evita que funcione normalmente. Esta condición puede ser fatal si no se trata.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se estima que más de 3.5 millones de estadounidenses tienen hepatitis C. Muchos de ellos no saben que la tienen. Hay una vacuna para la hepatitis A y la hepatitis B, pero no hay vacuna para la hepatitis C.

Hepatitis C aguda versus crónica

La hepatitis C aguda y crónica son causadas por el mismo virus. La hepatitis C aguda se desarrolla después de la infección inicial. Esta etapa puede durar hasta seis meses. Muchas personas no tienen síntomas durante la etapa aguda y nunca descubren que están infectadas.

Según los CDC, alrededor del 80 por ciento de las personas con hepatitis C aguda desarrollan hepatitis C crónica. De ese 80 por ciento, hasta el 90 por ciento desarrollará daño hepático severo. Otro 20 por ciento desarrollará cirrosis (cicatrización severa del hígado).

Signos y síntomas

La hepatitis C crónica a menudo es difícil de diagnosticar porque la mayoría de las personas no tienen síntomas tempranos. Solo alrededor del 25 por ciento de las personas experimentan síntomas cuando contraen el virus por primera vez. Los síntomas pueden incluir:

  • fatiga
  • dolores musculares
  • pérdida de apetito

La mayoría de los síntomas de la hepatitis C crónica no aparecen hasta que se desarrolla la cirrosis y el hígado comienza a fallar. Los síntomas pueden incluir:

  • debilidad
  • pérdida de peso
  • problemas de coagulación de la sangre

A veces se puede acumular líquido en el abdomen. La ictericia (coloración amarillenta de la piel) solo aparece en personas con cirrosis avanzada.

Transmisión

La mayoría de las personas que contraen hepatitis C la contraen sangre infectada. Las personas infectadas pueden transmitir el virus a otras personas al compartir agujas y jeringas. La hepatitis C se propaga fácilmente entre los usuarios de drogas intravenosas. También es posible infectarse al compartir una navaja de afeitar.

También puede infectarse con un cepillo de dientes si comparte uno mientras sus encías sangran. Sin embargo, el riesgo de infección por un cepillo de dientes compartido es mucho menor. Aunque la transmisión por contacto sexual con una persona infectada es posible, es poco frecuente.

Diagnóstico de hepatitis C crónica

La única forma de confirmar una infección de hepatitis C es a través de un análisis de sangre. La prueba más común es una prueba de anticuerpos contra el VHC. Un resultado positivo significa que ha estado expuesto al virus, pero es posible que no esté infectado. Para confirmar la infección, debe someterse a una prueba de carga viral de VHC para verificar si hay material genético (ARN). Esto puede confirmar si lleva el virus en su cuerpo.

Su médico también puede ordenar una tercera prueba para verificar qué tipo de virus de la hepatitis C tiene. Hay seis genotipos diferentes de hepatitis C. El tratamiento para cada tipo es ligeramente diferente.

Tratamiento

El tratamiento más común para la hepatitis C crónica es una combinación de agentes antivirales altamente activos conocidos como antivirales de acción directa (DAA). Estos nuevos medicamentos se dirigen a componentes específicos en el ciclo de replicación del VHC, evitando una mayor infección y conduciendo a la eliminación viral. Es posible que deba tomar estos medicamentos entre 8 y 24 semanas, según la salud de su hígado y su exposición a tratamientos previos para la infección por el VHC.

Los efectos secundarios son poco frecuentes, pero pueden incluir:

  • náuseas y vómitos
  • fatiga
  • ansiedad
  • anemia
  • picor
  • insomnio
  • erupción

Complicaciones

Según un estudio publicado en Gastroenterology, aproximadamente el 45 por ciento de todos los trasplantes de hígado en los Estados Unidos se realizan en personas con infección crónica por hepatitis C que ha progresado a cirrosis. Las personas con una infección activa por el VHC permanecerán infectadas incluso después de recibir un trasplante de hígado. Sin embargo, con la introducción de los DAA, hay muchas opciones para el tratamiento y la cura de la infección por VHC después de recibir un trasplante.

Protegiendo tu hígado

Lo mejor que puede hacer para proteger su hígado de la hepatitis C es obtener un diagnóstico temprano. Cuanto antes comience la medicación, mayores serán sus posibilidades de prevenir la insuficiencia hepática.

Las personas con hepatitis C crónica no deben beber alcohol. Deben mantener un peso saludable y evitar el exceso de grasa en sus dietas.

Después de que haya terminado de tomar la medicación, aún debe controlar sus enzimas hepáticas regularmente para asegurarse de que su hígado esté sano.

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