Leucemia Linfocítica Crónica: Síntomas, Diagnóstico, Tratamiento Y Más

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¿Qué es la leucemia linfocítica crónica (CLL)?

La leucemia es un tipo de cáncer que involucra células sanguíneas humanas y tejidos formadores de sangre. Existen muchos tipos de leucemia, cada uno de los cuales afecta a diferentes tipos de células sanguíneas. La leucemia linfocítica crónica, o CLL, afecta a los linfocitos.

Los linfocitos son un tipo de glóbulo blanco (WBC). La CLL afecta a los linfocitos B, que también se llaman células B.

Las células B normales circulan en su sangre y ayudan a su cuerpo a combatir infecciones. Las células B cancerosas no combaten las infecciones como lo hacen las células B normales. A medida que aumenta gradualmente la cantidad de células B cancerosas, desplazan a los linfocitos normales y causan insuficiencia de la médula ósea.

La CLL es el tipo más común de leucemia en adultos. El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) estimó que 20,940 casos nuevos ocurrirían en los Estados Unidos en 2018.

¿Cuáles son los síntomas de la CLL?

Algunas personas con CLL pueden no tener ningún síntoma, y su cáncer solo puede descubrirse durante un análisis de sangre de rutina.

Si presenta síntomas, generalmente incluyen:

  • fatiga
  • fiebre
  • infecciones o enfermedades frecuentes
  • pérdida de peso inexplicable o no intencional
  • sudores nocturnos

Durante un examen físico, su médico también puede encontrar que su bazo, hígado o ganglios linfáticos están agrandados. Estos pueden ser signos de que el cáncer se ha diseminado a estos órganos. Esto a menudo ocurre en casos avanzados de CLL.

Si esto le sucede, puede sentir protuberancias dolorosas en el cuello o una sensación de saciedad o hinchazón en el abdomen.

¿Qué causa la CLL y existen factores de riesgo para esta enfermedad?

Los expertos no saben exactamente qué causa la CLL. Sin embargo, hay factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle CLL.

La CLL rara vez se diagnostica en personas menores de 40 años. Por lo general, se encuentra en personas mayores de 70 años.

Afecta a más hombres que mujeres. También es más común en los judíos de ascendencia rusa o de Europa del Este.

¿Cómo se diagnostica la CLL?

Si su médico sospecha que tiene CLL, pueden usar varias pruebas para confirmar su diagnóstico. Por ejemplo, probablemente ordenarán una o más de las siguientes pruebas:

Conteo sanguíneo completo (CBC) con diferencial de glóbulos blancos (WBC)

Su médico puede usar este análisis de sangre para medir la cantidad de diferentes tipos de células en su sangre, incluidos los diferentes tipos de glóbulos blancos.

Si tiene CLL, tendrá más linfocitos de lo normal.

Prueba de inmunoglobulina

Su médico puede usar este análisis de sangre para saber si tiene suficientes anticuerpos para combatir infecciones. Obtenga más información sobre las pruebas de inmunoglobina.

Biopsia de médula ósea

En este procedimiento, su médico inserta una aguja con un tubo especial en el hueso de la cadera o el esternón para obtener una muestra de la médula ósea para analizarla.

Tomografía computarizada

Su médico puede usar las imágenes creadas por una tomografía computarizada para buscar ganglios linfáticos inflamados en su pecho o abdomen.

¿Cómo se organiza la CLL?

Si su médico determina que tiene CLL, solicitará más pruebas para medir el alcance de la enfermedad. Esto ayuda a su médico a clasificar la etapa del cáncer, que guiará su plan de tratamiento.

Para organizar su CLL, es probable que su médico ordene análisis de sangre para obtener su recuento de glóbulos rojos (RBC) y recuento específico de linfocitos en sangre. Probablemente también verifiquen si sus ganglios linfáticos, bazo o hígado están agrandados.

Bajo el sistema de clasificación “Rai”, la CLL se organiza de 0 a 4. Etapa Rai 0 La CLL es la menos severa, mientras que la etapa 4 Rai es la más severa.

Para fines de tratamiento, las etapas también se agrupan en niveles de riesgo. La etapa 0 de Rai es de bajo riesgo, las etapas 1 y 2 de Rai son de riesgo intermedio, y las etapas 3 y 4 de Rai son de alto riesgo, explica la American Cancer Society (ACS).

¿Cuál es el tratamiento para la CLL?

Si tiene CLL de bajo riesgo, su médico probablemente le aconsejará que simplemente espere y observe nuevos síntomas. Su enfermedad puede no empeorar o requerir tratamiento por años. Algunas personas nunca requieren tratamiento.

En algunos casos de CLL de bajo riesgo, su médico puede recomendarle un tratamiento. Por ejemplo, pueden recomendarlo si tiene:

  • infecciones persistentes y recurrentes
  • recuentos bajos de células sanguíneas
  • fatiga o sudores nocturnos
  • ganglios linfáticos dolorosos

Si tiene CLL de riesgo intermedio o alto, su médico probablemente le aconsejará que continúe con el tratamiento de inmediato.

Para tratar la CLL, su médico puede recomendarle:

Quimioterapia

La quimioterapia es el tratamiento principal para la CLL. Implica el uso de medicamentos para matar las células cancerosas. Dependiendo de los medicamentos exactos recetados, puede tomarlos por vía intravenosa u oral.

Radiación

En este procedimiento, se usan partículas u ondas de alta energía para matar las células cancerosas. Si tiene ganglios linfáticos inflamados y dolorosos, la radioterapia puede ayudar a reducirlos y aliviar su dolor.

Transfusiones de sangre

Si su recuento de células sanguíneas es bajo, es posible que necesite recibir transfusiones de sangre a través de una línea intravenosa (IV) para aumentarlas.

Trasplante de médula ósea o de células madre de sangre periférica

Si tiene CLL de alto riesgo, este tratamiento puede ser una opción. Implica tomar células madre de la médula ósea o la sangre de un donante, generalmente un miembro de la familia, y trasplantarlas a su cuerpo para ayudar a establecer un nuevo sistema inmunitario.

¿Hay posibles complicaciones del tratamiento?

La quimioterapia debilita su sistema inmunológico, dejándolo más vulnerable a las infecciones. También puede desarrollar niveles anormales de anticuerpos y recuentos bajos de células sanguíneas durante la quimioterapia.

Otros efectos secundarios comunes de la quimioterapia incluyen:

  • fatiga
  • perdida de cabello
  • úlceras de boca
  • pérdida de apetito
  • náuseas y vómitos

En algunos casos, la quimioterapia puede contribuir al desarrollo de otros tipos de cáncer.

La radiación, las transfusiones de sangre y los trasplantes de médula ósea o de células madre de sangre periférica también pueden implicar efectos secundarios.

Hable con su médico sobre los efectos secundarios esperados de su tratamiento. Pueden decirle qué síntomas y efectos secundarios requieren atención médica.

¿Cuál es el pronóstico para las personas con CLL?

La tasa de supervivencia a cinco años para los estadounidenses con CLL es del 84.2 por ciento, según el NCI. El instituto también estima que la CLL causará 4.510 muertes en los Estados Unidos en 2018.

Las tasas de supervivencia son más bajas para las personas mayores con esta afección. Sin embargo, un estudio encontró que hasta el 70 por ciento de los estadounidenses mayores de 75 años sobreviven cinco años después del diagnóstico.

¿Cuál es la perspectiva a largo plazo para la CLL?

Las tasas de supervivencia para CLL varían ampliamente. Su edad, sexo, anomalías cromosómicas y características de las células cancerosas pueden afectar su pronóstico. La enfermedad rara vez se cura, pero la mayoría de las personas viven muchos años con CLL.

Pregúntele a su médico sobre su caso específico. Pueden ayudarlo a comprender hasta dónde ha progresado su cáncer. También pueden discutir sus opciones de tratamiento y su perspectiva a largo plazo.

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