Espondilitis anquilosante y su género
La espondilitis anquilosante (AS) es una forma de artritis. El AS es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta la columna vertebral, provoca dolor y limita el rango de movimiento. Puede involucrar brotes de enfermedades que causan síntomas agudos, seguidos de remisiones en las que los síntomas se alivian.
AS varía mucho de persona a persona. Los síntomas pueden ser graves, pero no todas las personas con AS desarrollan fusión espinal o tienen complicaciones graves. Ni la edad ni el género afectan la gravedad de la enfermedad.
Si bien alguna vez se pensó que era más frecuente en los hombres, eso puede deberse a un diagnóstico insuficiente en las mujeres. Además, las mujeres pueden tener una enfermedad más avanzada al comienzo del tratamiento debido a un diagnóstico tardío.
Algunas investigaciones sugieren diferencias en mujeres versus hombres, pero los resultados han sido inconsistentes.
Parte del problema es que la investigación se ha centrado principalmente en los hombres, pero eso está empezando a cambiar. Algunos estudios recientes han incluido más mujeres, pero aún no hay datos suficientes para llegar a conclusiones firmes sobre las diferencias de sexo en la EA.
Continúe leyendo mientras exploramos el papel del género en AS.
Causas y síntomas primarios
La causa exacta de AS no está clara, pero la genética juega un papel importante. Un factor de riesgo para AS es tener antecedentes familiares de la enfermedad.
La EA ocurre cuando los cuerpos vertebrales espinales y los ligamentos y tendones que se unen a estos huesos de la columna se inflaman. Con el tiempo, esta hinchazón causa problemas graves en la espalda.
Al principio, puede experimentar dolor de espalda frecuente o rigidez general, que puede empeorar por la mañana. Puede notar que mejora un poco después de una ducha tibia o un poco de ejercicio.
A medida que avanza la EA, el dolor puede debilitarse y causar un rango de movimiento reducido. También puede experimentar dolor en otras áreas del cuerpo, como el cuello, los hombros, los codos, las rodillas o los tobillos.
Algunas personas experimentan solo dolor de espalda y molestias intermitentes, mientras que otras tienen dolor intenso y rigidez en múltiples áreas del cuerpo durante largos períodos de tiempo. El AS puede ser debilitante y, en algunos casos, conducir a una discapacidad.
Los primeros síntomas también pueden incluir fiebre leve y pérdida de apetito. Otros síntomas pueden incluir fatiga, anemia e inflamación de los ojos (iritis o uveítis) o intestinos.
Las personas con AS pueden tener un mayor riesgo de depresión. Un estudio de 2014 encontró que, en comparación con la población general, hay un aumento del 80 por ciento en la tasa de depresión en las mujeres y del 50 por ciento en los hombres con AS.
Predisposición genética
Muchas personas con AS tienen un gen llamado HLA-B27. Sin embargo, tener este gen no significa que desarrollará AS.
El vínculo entre HLA-B27 y AS varía según la raza y el origen étnico. Por ejemplo, entre los caucásicos, alrededor del 95 por ciento de los que tienen AS dan positivo para el gen. Alrededor del 80 por ciento de las personas de los países mediterráneos lo hacen, mientras que solo la mitad de los afroamericanos con AS dan positivo para este gen.
Los factores de riesgo genético parecen ser los mismos para hombres y mujeres.
Años
La artritis a menudo se considera una enfermedad que se presenta con la edad. Pero el AS ocurre comúnmente en personas entre las edades de 17 y 45 años. Algunas personas son diagnosticadas ya en la adolescencia.
La edad de inicio es casi la misma en hombres y mujeres.
Ubicación del dolor
Anteriormente se pensaba que los hombres con AS son más propensos al dolor en la columna vertebral y la espalda que las mujeres. Investigaciones posteriores indican que el dolor de espalda es el síntoma principal para hombres y mujeres que buscan un diagnóstico.
Además, las mujeres pueden tener más dolor de cuello, cadera y rodilla, mientras que los hombres tienen más dolor en los pies.
Problemas de salud reproductiva
La EA afecta a hombres y mujeres durante sus años reproductivos pico, pero no parece afectar la fertilidad. Pero para los hombres, ciertos medicamentos utilizados para tratar la EA pueden disminuir el conteo de espermatozoides. Si está tratando de concebir, revise sus medicamentos con su médico.
Las mujeres con AS que están embarazadas o que intentan concebir deben trabajar con sus médicos para encontrar los medicamentos correctos y mantener la inflamación bajo control.
Síntomas como rigidez en la columna y dolor de espalda pueden continuar durante el embarazo. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno (Advil) a menudo ayudan a aliviar el dolor de la EA, pero pueden causar daño a su bebé por nacer. Otros medicamentos pueden pasarle la leche materna a su bebé.
Diagnóstico en mujeres vs. hombres
El diagnóstico de AS generalmente lo realiza un reumatólogo. No existe una prueba única para la EA, por lo que alcanzar ese diagnóstico tanto en hombres como en mujeres puede incluir:
- historial médico individual y familiar
- evaluación de síntomas
- examen físico
- pruebas de imagen
- análisis sanguíneo
Los análisis de sangre no pueden diagnosticar definitivamente AS, pero pueden ser útiles. Pueden descartar otras enfermedades y analizar el gen HLA-B27.
Ciertos marcadores, como la velocidad de sedimentación globular elevada (ESR o SED) y la proteína C reactiva (CRP) son indicadores de inflamación. Pero no todas las personas con AS los tienen. También pueden deberse a afecciones como anemia, infección o cáncer.
Investigaciones recientes encontraron que los hombres con AS tienen elevaciones de las células IL-17A y Th17, pero esto no era cierto para las mujeres.
La suposición de que la EA es una condición predominantemente masculina puede retrasar el diagnóstico en las mujeres. Además, los estudios generalmente han incluido muchos más hombres que mujeres. Nuevos estudios están abordando esto. Pero se necesita mucha más investigación para ampliar la comprensión de las diferencias de género.
Buscando ayuda
Si tiene síntomas de AS, como dolor de espalda o cuello, consulte a su médico de atención primaria lo antes posible. Si parece ser una afección inflamatoria, es probable que lo remitan a un reumatólogo para su evaluación.
Después del diagnóstico, es importante ver a su reumatólogo al menos una vez al año, incluso si sus síntomas son actualmente leves.
No hay cura para el AS. Pero la detección y el tratamiento tempranos pueden ayudar a aliviar el dolor y pueden prevenir la progresión de la enfermedad tanto en hombres como en mujeres.