Disfunción De La Articulación Sacroilíaca: Opciones De Terapia

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Disfunción De La Articulación Sacroilíaca: Opciones De Terapia
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Vídeo: Diagnóstico y tratamiento de la disfunción de la articulación sacroilíaca – Dr. Rivera 2024, Mayo
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¿Qué es la sacroileítis?

La disfunción de la articulación sacroilíaca, también conocida como sacroileítis, es una afección dolorosa de la columna inferior. Es una causa común de dolor lumbar. La inflamación de una articulación sacroilíaca causa la afección.

Hay dos articulaciones sacroilíacas, una a cada lado de la columna vertebral. Las articulaciones conectan el hueso en la parte inferior de las vértebras con la parte superior de la pelvis. La sacroileítis puede afectar una o ambas articulaciones.

El dolor de la condición puede ocurrir en la espalda baja y las nalgas. A veces, la sacroileítis puede provocar dolor en una o ambas piernas.

Hay varias opciones de terapia disponibles para tratar esta afección y aliviar este dolor.

Medicamento

El tratamiento de la sacroileítis con medicamentos puede ayudar a aliviar los síntomas. El tratamiento también puede mejorar su calidad de vida. La terapia con medicamentos adecuada dependerá de la causa y la gravedad de su afección.

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno (Advil), pueden ayudar a aliviar el dolor. Pero a veces los analgésicos de venta libre (OTC) no son efectivos. Si los medicamentos de venta libre no funcionan para usted, pregúntele a su médico sobre los medicamentos recetados de dosis más altas. Los relajantes musculares pueden tratar los espasmos musculares causados por la sacroileítis.

Un tipo de sacroileítis se asocia con un tipo de artritis reumatoide (AR) llamada espondilitis anquilosante (AS). Parte del tratamiento de AS a menudo incluye inhibidores de TNF. Estos son medicamentos que pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar los síntomas. Los ejemplos de inhibidores de TNF incluyen:

  • infliximab (Remicade)
  • adalimumab (Humira)
  • etanercept (Enbrel)

Terapia física

La fisioterapia (TP) puede ayudar a mantener la flexibilidad y la fuerza en la articulación sacroilíaca. El PT a menudo se usa junto con medicamentos. Los ejercicios de PT ayudan a mejorar el rango de movimiento y a construir estabilidad. El estiramiento adecuado también es una parte clave del PT para tratar la sacroileítis.

Su rutina de TP puede incluir ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para los músculos de la espalda baja. Estos ejercicios también pueden ayudar a los músculos que sostienen las caderas y la pelvis. Otros ejercicios pueden ayudar a mejorar el movimiento de la articulación. Los tratamientos con hielo y calor también son parte del PT.

Otra parte importante de PT es aprender una postura adecuada. Una buena postura puede aliviar la tensión innecesaria en la articulación sacroilíaca. También aprenderá las formas correctas de doblar, levantar y hacer otras acciones.

Si la sacroileítis compromete su capacidad para caminar, los fisioterapeutas pueden proporcionarle entrenamiento para caminar o ayudarlo a aprender a usar caminantes u otros dispositivos de asistencia.

Terapia manual

Además del fortalecimiento y los ejercicios de amplitud de movimiento, el tratamiento para la disfunción de la articulación sacroilíaca puede incluir terapia manual. La terapia manual se dirige a un área específica con técnicas prácticas para aliviar los síntomas y mejorar la movilidad. La terapia manual puede incluir una variedad de tratamientos, como la terapia de masaje y la movilización articular.

Otro ejemplo de terapia manual es la electroterapia. La energía eléctrica estimula el tejido blando en las articulaciones afectadas por la movilidad limitada.

Obteniendo ayuda

Antes de que pueda comenzar la terapia, su médico debe diagnosticar su dolor de espalda. Los síntomas de la disfunción de la articulación sacroilíaca pueden ser similares a los asociados con una hernia de disco o ciática, un problema nervioso que afecta la zona lumbar. Por lo tanto, obtener un diagnóstico de sacroileítis puede ser difícil.

Una radiografía o resonancia magnética de la articulación afectada puede ayudar a su médico a diagnosticar su afección. Otra forma de diagnosticar la disfunción de la articulación sacroilíaca es inyectando un medicamento anestésico en las articulaciones para ver si ayuda a aliviar las molestias. Si las inyecciones son efectivas, entonces es probable que la disfunción de la articulación sacroilíaca sea el problema.

Una vez que tenga un diagnóstico definitivo, puede comenzar a explorar sus opciones de tratamiento.

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