¿Qué es la leucemia?
La leucemia es un cáncer de las células sanguíneas. Existen varias categorías amplias de glóbulos, incluidos los glóbulos rojos (glóbulos rojos), los glóbulos blancos (glóbulos blancos) y las plaquetas. En general, la leucemia se refiere a los cánceres de los glóbulos blancos.
Los glóbulos blancos son una parte vital de su sistema inmunológico. Protegen su cuerpo de la invasión de bacterias, virus y hongos, así como de células anormales y otras sustancias extrañas. En la leucemia, los WBC no funcionan como los WBC normales. También pueden dividirse demasiado rápido y eventualmente desplazar a las células normales.
Los WBC se producen principalmente en la médula ósea, pero ciertos tipos de WBC también se producen en los ganglios linfáticos, el bazo y la glándula del timo. Una vez formados, los glóbulos blancos circulan por todo el cuerpo en la sangre y la linfa (líquido que circula por el sistema linfático), concentrándose en los ganglios linfáticos y el bazo.
Factores de riesgo de leucemia
Las causas de la leucemia no se conocen. Sin embargo, se han identificado varios factores que pueden aumentar su riesgo. Éstos incluyen:
- antecedentes familiares de leucemia
- fumar, lo que aumenta su riesgo de desarrollar leucemia mieloide aguda (AML)
- trastornos genéticos como el síndrome de Down
- trastornos sanguíneos, como el síndrome mielodisplásico, que a veces se denomina "preleucemia"
- Tratamiento previo para el cáncer con quimioterapia o radiación.
- exposición a altos niveles de radiación
- exposición a productos químicos como el benceno
Los tipos de leucemia
La aparición de leucemia puede ser aguda (aparición repentina) o crónica (aparición lenta). En la leucemia aguda, las células cancerosas se multiplican rápidamente. En la leucemia crónica, la enfermedad progresa lentamente y los primeros síntomas pueden ser muy leves.
La leucemia también se clasifica según el tipo de célula. La leucemia que afecta a las células mieloides se llama leucemia mielógena. Las células mieloides son células sanguíneas inmaduras que normalmente se convertirían en granulocitos o monocitos. La leucemia que involucra linfocitos se llama leucemia linfocítica. Hay cuatro tipos principales de leucemia:
Leucemia mielógena aguda (AML)
La leucemia mielógena aguda (AML) puede ocurrir en niños y adultos. Según el Programa de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), se diagnostican alrededor de 21,000 casos nuevos de AML anualmente en los Estados Unidos. Esta es la forma más común de leucemia. La tasa de supervivencia a cinco años para la AML es del 26.9 por ciento.
Leucemia linfocítica aguda (ALL)
La leucemia linfocítica aguda (LLA) ocurre principalmente en niños. El NCI estima que alrededor de 6,000 nuevos casos de ALL se diagnostican anualmente. La tasa de supervivencia a cinco años para ALL es del 68.2 por ciento.
Leucemia mielógena crónica (CML)
La leucemia mielógena crónica (LMC) afecta principalmente a adultos. Según el NCI, se diagnostican alrededor de 9,000 casos nuevos de CML anualmente. La tasa de supervivencia a cinco años para la CML es del 66.9 por ciento.
Leucemia linfocítica crónica (CLL)
La leucemia linfocítica crónica (CLL) es más probable que afecte a personas mayores de 55 años. Muy raramente se observa en niños. Según el NCI, se diagnostican aproximadamente 20,000 nuevos casos de CLL anualmente. La tasa de supervivencia a cinco años para la CLL es del 83.2 por ciento.
La leucemia de células pilosas es un subtipo muy raro de CLL. Su nombre proviene de la aparición de los linfocitos cancerosos bajo un microscopio.
¿Cuáles son los síntomas de la leucemia?
Los síntomas de la leucemia incluyen:
- sudoración excesiva, especialmente de noche (llamados "sudores nocturnos")
- fatiga y debilidad que no desaparecen con el descanso
- pérdida de peso involuntaria
- dolor y ternura en los huesos
- Ganglios linfáticos inflamados e indoloros (especialmente en el cuello y las axilas)
- agrandamiento del hígado o bazo
- manchas rojas en la piel, llamadas petequias
- sangrado fácil y moretones fácilmente
- fiebre o escalofríos
- infecciones frecuentes
La leucemia también puede causar síntomas en los órganos que han sido infiltrados o afectados por las células cancerosas. Por ejemplo, si el cáncer se propaga al sistema nervioso central, puede causar dolores de cabeza, náuseas y vómitos, confusión, pérdida de control muscular y convulsiones.
La leucemia también puede extenderse a otras partes de su cuerpo, que incluyen:
- los pulmones
- tracto gastrointestinal
- corazón
- riñones
- testículos
Diagnóstico de leucemia
Se puede sospechar leucemia si tiene ciertos factores de riesgo o síntomas relacionados. Su médico comenzará con una historia clínica completa y un examen físico, pero la leucemia no puede diagnosticarse completamente mediante un examen físico. En cambio, los médicos usarán análisis de sangre, biopsias y pruebas de imágenes para hacer un diagnóstico.
Pruebas
Existen varias pruebas diferentes que se pueden usar para diagnosticar la leucemia. Un recuento sanguíneo completo determina la cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre. Observar su sangre bajo un microscopio también puede determinar si las células tienen una apariencia anormal.
Las biopsias de tejido se pueden tomar de la médula ósea o los ganglios linfáticos para buscar evidencia de leucemia. Estas pequeñas muestras pueden identificar el tipo de leucemia y su tasa de crecimiento. Las biopsias de otros órganos como el hígado y el bazo pueden mostrar si el cáncer se ha diseminado.
Puesta en escena
Una vez que se diagnostica la leucemia, se organizará en etapas. La estadificación ayuda a su médico a determinar su perspectiva.
La AML y la ALL se clasifican según el aspecto de las células cancerosas bajo el microscopio y el tipo de célula involucrada. ALL y CLL se clasifican según el recuento de WBC en el momento del diagnóstico. La presencia de glóbulos blancos inmaduros, o mieloblastos, en la sangre y la médula ósea también se usa para estadificar la LMA y la LMC.
Evaluar la progresión
Se pueden usar otras pruebas para evaluar la progresión de la enfermedad:
- La citometría de flujo examina el ADN de las células cancerosas y determina su tasa de crecimiento.
- Las pruebas de función hepática muestran si las células leucémicas están afectando o invadiendo el hígado.
- La punción lumbar se realiza insertando una aguja delgada entre las vértebras de la espalda baja. Esto le permite a su médico recolectar líquido cefalorraquídeo y determinar si el cáncer se ha diseminado al sistema nervioso central.
- Las pruebas de imagen, como radiografías, ultrasonidos y tomografías computarizadas, ayudan a los médicos a detectar cualquier daño a otros órganos causado por la leucemia.
Tratamiento de leucemia
La leucemia generalmente es tratada por un hematólogo-oncólogo. Estos son médicos que se especializan en trastornos sanguíneos y cáncer. El tratamiento depende del tipo y la etapa del cáncer. Algunas formas de leucemia crecen lentamente y no necesitan tratamiento inmediato. Sin embargo, el tratamiento para la leucemia generalmente involucra uno o más de los siguientes:
- La quimioterapia usa medicamentos para matar las células leucémicas. Dependiendo del tipo de leucemia, puede tomar un solo medicamento o una combinación de diferentes medicamentos.
- La radioterapia utiliza radiación de alta energía para dañar las células leucémicas e inhibir su crecimiento. La radiación se puede aplicar a un área específica o a todo el cuerpo.
- El trasplante de células madre reemplaza la médula ósea enferma con médula ósea sana, ya sea la suya (llamada trasplante autólogo) o la de un donante (llamado trasplante alólogo). Este procedimiento también se llama trasplante de médula ósea.
- La terapia biológica o inmunológica utiliza tratamientos que ayudan a su sistema inmunitario a reconocer y atacar las células cancerosas.
- La terapia dirigida utiliza medicamentos que aprovechan las vulnerabilidades en las células cancerosas. Por ejemplo, imatinib (Gleevec) es un medicamento dirigido que se usa comúnmente contra la CML.
Perspectiva a largo plazo
El pronóstico a largo plazo para las personas que tienen leucemia depende del tipo de cáncer que tengan y su etapa en el momento del diagnóstico. Cuanto antes se diagnostique la leucemia y más rápido se trate, mayores serán las posibilidades de recuperación. Algunos factores, como la edad avanzada, antecedentes de trastornos sanguíneos y mutaciones cromosómicas, pueden afectar negativamente el pronóstico.
Según el NCI, el número de muertes por leucemia ha disminuido en promedio un 1 por ciento cada año de 2005 a 2014. De 2007 a 2013, la tasa de supervivencia a cinco años (o porcentaje de supervivencia durante cinco años después de recibir un diagnóstico) fue del 60,6 por ciento.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta cifra incluye a personas de todas las edades y con todas las formas de leucemia. No es predictivo del resultado para ninguna persona. Trabaje con su equipo médico para tratar la leucemia. Recuerde que la situación de cada persona es diferente.