¿Qué es la ailurofobia?
La ailurofobia describe un miedo intenso a los gatos que es lo suficientemente fuerte como para causar pánico y ansiedad cuando están cerca o piensan en gatos. Esta fobia específica también se conoce como elurofobia, gatofobia y felinofobia.
Si alguna vez te ha mordido o arañado un gato, es posible que te sientas nervioso con él. O bien, puede que simplemente no te gusten los gatos. En cualquier caso, probablemente no saldrás de tu camino para interactuar con ellos, y es probable que no te preocupes demasiado por ellos.
Una fobia va más allá del miedo leve o la aversión. Si tiene ailurofobia, es posible que pase mucho tiempo preocupándose por encontrarse con gatos y pensando en formas de evitarlos. Esto puede tener un gran efecto en su vida diaria, especialmente dada la popularidad de los gatos como mascotas.
¿Cuales son los sintomas?
El síntoma principal de la ailurofobia es el miedo extremo al ver o escuchar a un gato. Incluso mirar dibujos animados o fotos de gatos podría desencadenar síntomas.
Las fobias tienden a causar síntomas físicos y psicológicos al pensar o entrar en contacto con el objeto de su fobia.
Los síntomas físicos generalmente incluyen:
- dolor u opresión en el pecho
- aumento de la sudoración o latidos del corazón
- dificultad para respirar normalmente
- sentimientos de agitación, mareos o náuseas
- temblando y temblando
- malestar estomacal, especialmente cuando se piensa en un evento futuro donde un gato estará presente
Los síntomas psicológicos pueden incluir:
- sentir pánico y miedo al pensar en gatos
- sentirse extremadamente temeroso de las nuevas áreas donde podría haber gatos
- pasar mucho tiempo pensando en las posibles formas en que podrías encontrarte con gatos y cómo podrías evitarlos
- Experimentar ansiedad y miedo extremos cuando escucha maullidos, silbidos o sonidos similares.
Estos síntomas pueden afectar sus comportamientos de rutina. Por ejemplo, puede dejar de visitar a un amigo que tiene gatos o mudarse a un nuevo edificio que no permita mascotas. O bien, puede encontrarse evitando a los compañeros de trabajo que hablan sobre sus gatos domésticos.
Finalmente, si tiene fobia de cualquier tipo, puede ser consciente de que sus miedos son irracionales o que es poco probable que le causen daño. Esta conciencia a menudo causa angustia y sentimientos de vergüenza adicionales, lo que puede dificultar pedir ayuda.
¿Qué lo causa?
La causa exacta de las fobias no está clara. En el caso de la ailurofobia, ser atacado por un gato a una edad temprana o presenciar el ataque de alguien más puede desempeñar un papel. Los factores genéticos y ambientales también pueden desempeñar un papel.
Las fobias específicas, especialmente las fobias animales, a menudo se desarrollan en la infancia. Tal vez haya tenido fobia a los gatos durante el tiempo que pueda recordar, pero no recuerda un evento desencadenante de su infancia.
También es posible desarrollar una fobia sin tener una experiencia negativa relacionada con lo que temes.
¿Cómo se diagnostica?
Si cree que podría tener fobia a los gatos, considere consultar a un profesional de la salud mental para obtener un diagnóstico. Su proveedor de atención médica primaria puede derivarlo a uno que tenga experiencia en el diagnóstico de fobias.
En general, se diagnostica una fobia cuando la ansiedad o el miedo impactan en su vida diaria o tienen un efecto negativo en su calidad de vida.
Es posible que le diagnostiquen ailurofobia si:
- La vista o el pensamiento de los gatos causa síntomas físicos y emocionales de ansiedad.
- sales de tu camino para evitar gatos
- pasas más tiempo preocupándote por posibles encuentros con gatos de lo que te gustaría
- ha experimentado estos síntomas durante seis meses o más
Como es tratado?
Tener fobia no necesariamente significa que necesitará tratamiento. Si es bastante fácil evitar a los gatos, la ailurofobia puede no tener mucho efecto en su vida diaria.
Sin embargo, no siempre es posible, o incluso deseable, evitar el objeto de su fobia. Por ejemplo, tal vez has comenzado a salir con alguien que tiene un gato. O tal vez solías disfrutar de los gatos antes de tener una mala experiencia.
Terapia de exposición
La terapia de exposición se considera uno de los tratamientos más efectivos para las fobias. En este tipo de terapia, trabajará con un terapeuta para exponerse lentamente a lo que teme.
Para abordar la ailurofobia, puede comenzar mirando fotos de gatos. Puede pasar a mirar videos de gatos y luego sostener un gato de peluche o de juguete. Eventualmente, podrías sentarte junto a un gato en un transportador antes de dar el paso final de sostener a un gato gentil.
La desensibilización sistemática es un tipo específico de terapia de exposición que implica aprender técnicas de relajación para ayudar a controlar los sentimientos de miedo y ansiedad durante la terapia de exposición.
Eventualmente, estos ejercicios también pueden ayudarlo a enseñarle a asociar a los gatos con una respuesta de relajación en lugar de una respuesta al estrés.
Terapia de conducta cognitiva
Si no está seguro acerca de la terapia de exposición, puede considerar la terapia cognitiva conductual (TCC). En la TCC, aprenderá cómo identificar los patrones de pensamiento que causan angustia y replantearlos.
Es probable que la TCC para la ailurofobia aún implique cierta exposición a los gatos, pero para esa etapa estará bien equipado con herramientas de afrontamiento.
Medicamento
No hay medicamentos diseñados específicamente para tratar las fobias, pero algunos pueden ayudar con el manejo a corto plazo de los síntomas. Éstos incluyen:
- Bloqueadores beta. Los betabloqueantes ayudan con los síntomas físicos de ansiedad, como el aumento de la frecuencia cardíaca y los mareos. Generalmente se toman antes de entrar en una situación que desencadena síntomas físicos.
- Benzodiazepinas Estos son sedantes que también ayudan a disminuir los síntomas de ansiedad. Si bien pueden ser útiles, también tienen un alto riesgo de adicción. Por lo general, su médico solo le recetará estos medicamentos para uso ocasional o a corto plazo.
- D-cicloserina (DCS). Este es un medicamento que puede ayudar a mejorar los beneficios de la terapia de exposición. Los resultados de una revisión de 2017 sugieren que la terapia de exposición podría ser más efectiva cuando se complementa con DCS.
Incluso sin DCS u otros medicamentos, las personas a menudo tienen éxito con la terapia.
La línea de fondo
Las fobias animales se encuentran entre las fobias más comunes. Si le temes a los gatos que te impiden realizar ciertas actividades o tener un efecto negativo en tu vida, la terapia puede ayudarte.