Hay cuatro pares de senos (llamados así por los huesos del cráneo en los que se encuentran):
- Senos frontales: los senos frontales derecho e izquierdo se encuentran en el centro de la frente (hueso frontal) justo encima de cada ojo.
- Senos maxilares: estos son los senos más grandes y se encuentran detrás de los pómulos cerca de los maxilares o mandíbulas superiores.
- Senos esfenoides: los senos esfenoides se encuentran en el hueso esfenoides cerca del nervio óptico y la glándula pituitaria en el costado del cráneo.
- Senos etmoidales: los senos etmoidales se encuentran en el hueso etmoides, que separa la cavidad nasal del cerebro. Estos senos no son sacos individuales, sino una colección de seis a 12 pequeñas células de aire que se abren de forma independiente en la cavidad nasal. Se dividen en grupos frontales, medios y traseros.
Al igual que la cavidad nasal, todos los senos están cubiertos de moco. Las secreciones mucosas producidas en los senos nasales son continuamente arrastradas hacia la nariz por las estructuras similares a pelos (llamadas 'cilios') en la superficie de la membrana respiratoria.
Cuando no están humedeciendo el aire que respiramos por la nariz, los senos huecos actúan para aligerar los huesos del cráneo. Los senos también sirven como cámaras de resonancia sonora para el habla.
Los senos pareados y a menudo asimétricos (no reflejados perfectamente) son pequeños, o rudimentarios, al nacer, pero crecen a medida que crece el cráneo. Están bastante desarrollados a los siete u ocho años, pero no alcanzan su tamaño máximo hasta después de la pubertad. En adultos, los senos varían considerablemente en tamaño y forma.
Los senos nasales a menudo contraen infecciones. La sinusitis es la inflamación de un seno causada por una infección bacteriana que puede seguir a una infección viral. Esto hace que se acumule pus y moco en el seno. Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, congestión nasal y alteración del sentido del olfato.