El maxilar forma la mandíbula superior al fusionar dos huesos de forma irregular a lo largo de la sutura palatina media, ubicada en la línea media del techo de la boca. Los huesos maxilares de cada lado se unen en el medio en la sutura intermaxilar, una línea fusionada que se crea mediante la unión de las 'mitades' derecha e izquierda del hueso maxilar, por lo que se extiende por el medio de la mandíbula superior. Los huesos ayudan a formar la mandíbula superior, los subsegmentos de las cuencas de los ojos y las secciones inferiores y los lados de la cavidad nasal. Además, reducen el peso del cráneo, ayudan a sostener los dientes posteriores y ayudan a que la voz resuene.
Cada mitad de los huesos fusionados contiene cuatro procesos. Estos incluyen los procesos cigomáticos, frontales, palatinos y alveolares del maxilar. También contienen el agujero infraorbitario, una abertura en el hueso justo debajo de las cuencas de los ojos y el seno maxilar, que ayuda a proteger las estructuras faciales importantes durante un trauma accidental, como la zona de deformación de un automóvil.
Un golpe severo en la cara puede fracturar el maxilar, causando el desplazamiento de los dientes, pérdida de sensibilidad en los labios o las mejillas y una retracción del globo ocular. Se requiere cirugía para reparar la rotura, así como para restablecer el hueso y los huesos circundantes.
