Dentro del cerebro, hay cuatro cavidades, llamadas ventrículos. Los ventrículos laterales derecho e izquierdo y el tercer y cuarto ventrículos componen el sistema ventricular.
El cuarto ventrículo contiene líquido cefalorraquídeo. Tiene forma de diamante y se encuentra en la porción superior de la médula. Específicamente, se extiende desde el obex, un área en el bulbo raquídeo, ubicado en el tronco encefálico, hasta el acueducto cerebral, una estructura similar a un canal en la parte superior del tronco encefálico que conecta el cuarto ventrículo con el tercero. La función principal de este ventrículo es proteger el cerebro humano del trauma (a través de un efecto de amortiguación) y ayudar a formar el canal central, que se extiende a lo largo de la médula espinal.
Este ventrículo tiene un techo y un piso. El techo está compuesto por el cerebelo, ubicado en la parte posterior del cerebro, y el piso está formado por la fosa romboidal, una depresión en el tronco encefálico. Dentro del piso se encuentran el colículo facial, el surco limitante y el obex.
Al igual que otras partes del sistema ventricular dentro del cerebro, el cuarto ventrículo se desarrolla a partir del área dentro del tubo neural (la estructura en un embrión que se convierte en el cerebro y la médula espinal) llamada canal central. Durante la gestación, los ventrículos se forman durante los primeros tres meses de embarazo. Durante este tiempo de desarrollo, es posible que la circulación sea bloqueada por la sobreproducción de líquido cefalorraquídeo, causando una condición llamada hidrocefalia.