El dolor óseo a menudo se describe como un dolor profundo o penetrante. A menudo es peor por la noche y cuando mueve la extremidad afectada.
El dolor de huesos, la ternura o el dolor son un problema común, particularmente entre aquellos de mediana edad o mayores. A medida que envejece, su cuerpo sufre muchos cambios. El tamaño muscular y la densidad ósea generalmente disminuyen a medida que se vuelve menos activo. Esto lo hace más propenso al uso excesivo de lesiones y fracturas óseas.
Si bien es probable que el dolor óseo se deba a una disminución de la densidad ósea o una lesión en el hueso, también puede ser un signo de una afección médica subyacente grave. El dolor o la sensibilidad en los huesos pueden ser el resultado de una infección, una interrupción en el suministro de sangre o cáncer.
Estas condiciones requieren atención médica inmediata. Si tiene dolor óseo inexplicable, no lo ignore. Haga una cita con su médico para averiguar por qué.
Causas del dolor óseo
El dolor óseo puede ser causado por una amplia variedad de afecciones, que incluyen:
- fractura ósea o rotura
- uso excesivo o lesiones por movimientos repetitivos
- deficiencia hormonal, generalmente debido a la menopausia
- infección
- cáncer de hueso
- Cáncer que se ha diseminado desde el punto de origen o malignidad metastásica.
- cáncer de las células sanguíneas o leucemia
- interrupción en el suministro de sangre causada por afecciones como la anemia falciforme
También hay algunas otras causas posibles. La osteoporosis es una condición en la cual su masa ósea se reduce por debajo de lo que se considera normal.
La edad, los cambios hormonales y la falta de actividad física son factores que contribuyen a disminuir la densidad ósea. Esto puede aumentar su probabilidad de desarrollar fracturas óseas y sufrir dolor óseo.
Si tiene dolor en los huesos sin razón obvia, o si ha sido tratado previamente por cáncer, debe consultar con su médico.
Diagnóstico de la causa del dolor óseo
Su médico querrá conocer su historial médico completo, incluidas las afecciones diagnosticadas previamente y los detalles de su dolor óseo. Estos pueden incluir:
- la ubicación de tu dolor
- cuando comenzó tu dolor
- el nivel de dolor y si está aumentando o no
- si su dolor cambia con sus actividades
- cualquier otro síntoma que pueda tener
Dependiendo de los detalles específicos de su dolor, así como un examen físico completo, las pruebas adicionales pueden incluir:
- Radiografías del hueso que duele (para identificar roturas, fracturas y anormalidades)
- Tomografía computarizada, resonancia magnética o exploración ósea del área afectada o de todo su cuerpo (para identificar tumores u otras anormalidades)
- estudios de sangre
- estudios de orina
- estudios de nivel hormonal
- estudios de función de la glándula pituitaria y suprarrenal
Tratamiento para el dolor óseo
Su médico determinará su tratamiento en función de su diagnóstico. Si tiene fracturas o fracturas óseas, debe abordarlas. Necesitará un plan de tratamiento a largo plazo específico para ese diagnóstico si se descubre que tiene alguna afección subyacente, como osteoporosis o cáncer.
Los medicamentos recetados pueden incluir:
- medicamentos para aliviar la inflamación
- antibióticos, si tiene una infección
- hormonas, si tiene un desequilibrio hormonal
- analgésicos
Las terapias complementarias para personas con cáncer incluyen técnicas de acupuntura, masajes y relajación.
La fisioterapia o el ejercicio regular pueden ayudarlo a sentirse mejor y aumentar su fuerza y resistencia, al tiempo que aumenta su masa ósea. Pero asegúrese de que antes de comenzar un régimen de ejercicio para el dolor óseo, consulte con su médico.
Algunos ejercicios que podrían ayudar a aliviar el dolor óseo por causas específicas incluyen:
Lumbalgia
Estirarse, caminar, nadar, andar en bicicleta y entrenar con fuerza ligera pueden aliviar el dolor de espalda baja.
Osteoporosis
La osteoporosis hace que sus huesos pierdan densidad y se vuelvan débiles y quebradizos, lo que aumenta sus posibilidades de fracturas óseas. Hacer ejercicio varias veces a la semana puede ayudar a desarrollar fuerza.
Se recomienda caminar, caminar, subir escaleras, bailar, nadar y andar en bicicleta. Trabajar con pesas ligeras también puede ayudar a desarrollar fuerza.
Osteoartritis
Si tiene artritis, puede ser tentador evitar el ejercicio. Pero eso es imprudente. El ejercicio ayuda a mantener las articulaciones flexibles y puede reducir el dolor a largo plazo. Un régimen de ejercicio equilibrado de estiramiento, caminar, nadar y andar en bicicleta puede ayudar.
Evite los ejercicios que estresan sus articulaciones, como correr, deportes competitivos y ejercicios aeróbicos.
Reemplazo de la articulación
Si ha tenido un reemplazo total de la articulación, evite poner demasiada tensión en la articulación. Nadar y andar en bicicleta son buenas opciones.