Si tiene artritis reumatoide (AR), es probable que vea a su reumatólogo regularmente. Las citas programadas les brindan a los dos la oportunidad de monitorear el progreso de su enfermedad, rastrear brotes, identificar desencadenantes y ajustar los medicamentos. También debe tomarse este tiempo para informar cualquier modificación en el estilo de vida, como un aumento en el ejercicio o cambios en la dieta.
Pero entre sus citas programadas, también puede haber ocasiones en las que necesite ver a su reumatólogo con mayor urgencia. Aquí hay siete razones por las que debe levantar el teléfono y solicitar que lo programen más temprano que tarde.
1. Estás experimentando un brote
"Una visita al consultorio puede ser necesaria cuando alguien experimenta un brote de su AR", dice Nathan Wei, MD, quien practica en el Centro de Tratamiento de Artritis en Frederick, Maryland. Cuando la inflamación de la enfermedad se agrava, el problema es más que doloroso: puede ocurrir daño articular permanente y deformidad.
Cada persona con AR tiene síntomas únicos de gravedad y gravedad. Con el tiempo, a medida que se reúne constantemente con su médico durante los brotes, los dos pueden determinar los mejores enfoques de tratamiento.
2. Tienes dolor en una nueva ubicación
La AR afecta principalmente las articulaciones, causando enrojecimiento, calor, hinchazón y dolor. Pero también puede causar dolor en otras partes de su cuerpo. El mal funcionamiento autoinmune puede atacar los tejidos de los ojos y la boca o causar una inflamación de los vasos sanguíneos. En raras ocasiones, la AR ataca el tejido alrededor de los pulmones y el corazón.
Si sus ojos o boca se vuelven secos e incómodos, o si comienza a desarrollar una erupción cutánea, podría experimentar una expansión de los síntomas de AR. Haga una cita con su reumatólogo y solicite una evaluación.
3. Hay cambios en su seguro
"Si se deroga el ACA, las personas enfermas podrían quedar sin cobertura médica esencial o pagar mucho más por menos cobertura", dice Stan Loskutov, CIO de Medical Billing Group, Inc Algunas compañías de seguros privadas pueden cubrir una afección preexistente si no tiene Tuve un lapso en su cuidado. Teniendo en cuenta el panorama actual de seguros inciertos, asista a sus citas programadas y considere consultar con su médico con más frecuencia para mostrar la continuidad de la atención.
4. Ha tenido un cambio en el sueño o en los hábitos alimenticios
Puede ser difícil descansar bien por la noche cuando tiene AR. Una posición para dormir puede ser cómoda para las articulaciones afectadas, pero no para otras partes del cuerpo. Un nuevo dolor o calor en las articulaciones puede despertarlo. Junto con esto, comer también puede plantear desafíos especiales. Algunos medicamentos para la AR afectan el apetito, causando aumento de peso o náuseas que le impiden comer.
Si nota que duerme menos o cambia la forma y el momento en que come, consulte a su médico. Es importante saber si los cambios en el sueño y la alimentación están relacionados con algunos de los efectos más desviados de la AR, la depresión y la ansiedad. Su médico puede hablar con usted sobre los cambios en el estilo de vida y los medicamentos que podrían ayudarlo.
5. Sospecha de efectos secundarios
Los medicamentos recetados con mayor frecuencia para la AR son los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los corticosteroides, los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD) y los tratamientos más nuevos llamados productos biológicos. Aunque estos tratamientos mejoran la vida de muchas personas con AR, tienen efectos secundarios.
Algunos de los efectos secundarios de los AINE incluyen edema, acidez estomacal y malestar estomacal. Los corticosteroides pueden elevar el colesterol y el azúcar en la sangre, y aumentar el apetito, lo que lleva al aumento de peso. Los DMARD y los productos biológicos interactúan con su sistema inmunitario y pueden provocar más infecciones, o raramente otros síntomas autoinmunes (psoriasis, lupus, esclerosis múltiple). Si experimenta efectos secundarios de su medicamento para la AR, consulte a su médico.
6. Un tratamiento no funciona tan bien como solía hacerlo
La AR es crónica y puede ser progresiva. Si bien muchos comienzan a tomar tratamientos de primera línea para la AR, como los AINE y los DMARD, tan pronto como se diagnostican, es posible que esos tratamientos tengan que aumentarse con el tiempo.
Si su tratamiento no le brinda el alivio que necesita, haga una cita con su reumatólogo. Puede ser el momento de cambiar los medicamentos o considerar un tratamiento avanzado para aliviar las molestias y prevenir el daño articular a largo plazo.
7. Estás experimentando un nuevo síntoma
Las personas con AR pueden tener un cambio en sus síntomas que representa un cambio significativo en el estado médico. El Dr. Wei señala que los nuevos síntomas que no parecen estar relacionados pueden deberse a una enfermedad subyacente.
Por ejemplo, durante mucho tiempo se pensó que las personas con AR no desarrollarían gota, otra enfermedad autoinmune. Pero la investigación ya no respalda ese pensamiento. "Los pacientes con gota pueden tener cálculos renales", dice el Dr. Wei.
Si desarrolla un síntoma nuevo que no se relaciona inmediatamente con la AR, debe preguntarle a su reumatólogo al respecto.
La comida para llevar
Tener AR significa que conoce a todo su equipo de soporte médico bastante bien. Su reumatólogo es el recurso más vital en ese equipo. Pueden ayudarlo a comprender su condición y su evolución, así como a consultar con sus otros cuidadores para coordinar la atención. Vea su "reumia" regularmente, y no dude en contactarlos si tiene preguntas o si su condición cambia.