Visión general
El virus de la hepatitis C (VHC) causa inflamación y daña las células del hígado. En el transcurso de décadas, este daño se acumula. La combinación del uso excesivo de alcohol y la infección por VHC puede causar daño hepático significativo. Puede conducir a la cicatrización permanente del hígado, conocida como cirrosis. Si le han diagnosticado una infección crónica por el VHC, debe abstenerse de beber alcohol.
Alcohol y enfermedad hepática
El hígado realiza muchas funciones importantes, incluida la desintoxicación de la sangre y la producción de muchos nutrientes importantes que el cuerpo necesita. Cuando bebe alcohol, el hígado lo descompone para que pueda eliminarlo de su cuerpo. Beber demasiado puede dañar o matar las células del hígado.
La inflamación y el daño a largo plazo en las células del hígado pueden provocar:
- enfermedad del hígado graso
- hepatitis alcohólica
- cirrosis alcohólica
La enfermedad del hígado graso y la hepatitis alcohólica en etapa temprana se pueden revertir si deja de beber. Sin embargo, el daño por hepatitis alcohólica grave y cirrosis es permanente y puede provocar complicaciones drásticas o incluso la muerte.
Hepatitis C y enfermedad hepática
La exposición a la sangre de alguien que tiene VHC puede transmitir el virus. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de tres millones de personas en los Estados Unidos tienen VHC. La mayoría no sabe que están infectados, en gran parte porque la infección inicial puede causar muy pocos síntomas. Alrededor del 20 por ciento de las personas expuestas al virus logran combatir la hepatitis C y eliminarla de sus cuerpos.
Sin embargo, algunos desarrollan una infección crónica por el VHC. Los CDC estiman que del 60 al 70 por ciento de las personas infectadas con VHC desarrollarán enfermedad hepática crónica. Del 5 al 20 por ciento de las personas con VHC desarrollarán cirrosis.
Los efectos de combinar alcohol con infección por VHC
Los estudios muestran que el consumo sustancial de alcohol con una infección por VHC es un riesgo para la salud. Un estudio de 1997 publicado en The Lancet mostró que la ingesta de alcohol de más de 50 gramos por día (aproximadamente 3.5 bebidas por día) conduce a un mayor riesgo de fibrosis y cirrosis final.
Otros estudios han confirmado que el consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de cirrosis. Un estudio francés de 6.600 pacientes con VHC concluyó que se produjo cirrosis en el 35 por ciento de los pacientes que bebían en exceso. La cirrosis ocurrió en solo el 18 por ciento de los pacientes que no eran grandes bebedores.
Un estudio de 2000 de JAMA mostró que solo tres o más bebidas diarias pueden aumentar el riesgo de cirrosis y enfermedad hepática avanzada.
Tratamiento de alcohol y VHC
La terapia antiviral de acción directa para tratar la infección por el VHC puede reducir el riesgo de enfermedad hepática. Sin embargo, el consumo de alcohol puede interferir con la capacidad de tomar el medicamento de manera constante. A veces, los profesionales o las compañías de seguros pueden dudar en brindar tratamiento para el VHC si todavía está bebiendo activamente.
Evitar el alcohol es una sabia elección
En general, la evidencia muestra que el consumo de alcohol es un gran riesgo para las personas con infección por VHC. El alcohol causa daños que agravan el hígado. Incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden aumentar el riesgo de daño hepático y enfermedad hepática avanzada.
Es importante que las personas con VHC tomen medidas para reducir su riesgo de desarrollar enfermedad hepática avanzada. Programe chequeos regulares, visite al dentista y tome los medicamentos apropiados.
Evitar sustancias que son tóxicas para el hígado es vital. Los efectos colectivos del alcohol en el hígado y la inflamación causada por el VHC pueden ser graves. Las personas con una infección por VHC deben abstenerse del alcohol por completo.
