La histamina es un químico, conocido como una amina biogénica. Desempeña un papel en varios de los principales sistemas del cuerpo, incluidos los sistemas inmunológico, digestivo y neurológico.
El cuerpo obtiene toda la histamina que necesita de sus propias células, pero la histamina también se encuentra en ciertos alimentos.
Las personas que experimentan una respuesta alérgica a los alimentos ricos en histamina pueden tener una afección conocida como intolerancia a la histamina. Esta condición afecta aproximadamente al 1 por ciento de la población. Puede haber individuos con rasgos genéticos que aumentan su sensibilidad a la histamina.
Ciertas condiciones médicas pueden aumentar el riesgo de intolerancia a la histamina. Éstos incluyen:
- trastornos o lesiones gastrointestinales
- enfermedad de Crohn
- enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)
- condiciones del hígado
- estrés crónico o extremo
- lesión
- trauma
- un desequilibrio en el microbioma intestinal
Algunos medicamentos recetados o de venta libre pueden interferir con la enzima que descompone la histamina, como:
- teofilina
- medicamentos para el corazón
- antibióticos
- antidepresivos
- antipsicóticos
- diuréticos
- relajantes musculares
- medicamentos para el dolor (aspirina, naproxeno, indometacina, diclofenaco)
- medicamentos gastrointestinales
- alcohol
- medicamentos contra la malaria y la tuberculosis
Las personas con intolerancia a la histamina pueden experimentar una amplia variedad de síntomas que involucran diferentes sistemas y órganos.
Para algunas personas, los alimentos ricos en histamina pueden provocar dolores de cabeza, irritación de la piel o diarrea. Ciertos medicamentos o afecciones pueden aumentar la posibilidad de sensibilidad a la histamina.
No hay pruebas o procedimientos confiables que los médicos puedan usar para diagnosticar la intolerancia a la histamina. Sin embargo, algunos profesionales médicos sugerirán una dieta de eliminación.
Esto implica eliminar ciertos alimentos de su dieta durante al menos 4 semanas y agregarlos lentamente, uno a la vez. Una dieta de eliminación puede ayudarlo a determinar si la histamina es el problema.
Alimentos a evitar en una dieta baja en histamina
Los niveles de histamina en los alimentos son difíciles de cuantificar.
Incluso en el mismo producto alimenticio, como un trozo de queso cheddar, el nivel de histamina puede variar significativamente dependiendo de cuánto tiempo haya envejecido, su tiempo de almacenamiento y si tiene algún aditivo.
En general, los alimentos que han sido fermentados tienen el nivel más alto de histamina. Los alimentos frescos sin procesar tienen los niveles más bajos.
También existe la teoría de que algunos alimentos, aunque no son ricos en histamina, pueden provocar que sus células liberen histamina. Estos se conocen como liberadores de histamina. Esta teoría, sin embargo, no ha sido probada científicamente.
Los siguientes alimentos contienen niveles más altos de histamina:
- productos lácteos fermentados, como queso (especialmente añejo), yogur, crema agria, suero de leche y kéfir
- vegetales fermentados, como chucrut y kimchi
- encurtidos o verduras en escabeche
- kombucha
- carnes curadas o fermentadas, como salchichas, salami y jamón fermentado
- vino, cerveza, alcohol y champaña
- productos de soya fermentados como tempeh, miso, salsa de soya y natto
- granos fermentados, como el pan de masa fermentada
- Tomates
- berenjena
- Espinacas
- pescado congelado, salado o enlatado, como sardinas y atún
- vinagre
- salsa de tomate
Pros y contras de una dieta baja en histamina
Las dietas bajas en histamina pueden ser extremadamente restrictivas y pueden conducir a la desnutrición.
La intolerancia a la histamina es poco conocida y difícil de diagnosticar. No hay evidencia de que una dieta baja en histamina mejore la calidad de vida a largo plazo si no tiene un diagnóstico verdadero.
El principal beneficio de una dieta baja en histamina es que puede servir como herramienta de diagnóstico.
Al eliminar alimentos ricos en histamina de su dieta durante varias semanas (bajo la supervisión de un médico) y luego volver a agregarlos lentamente, puede obtener más información sobre su tolerancia individual a los alimentos que contienen histamina.
La tolerancia a la histamina varía significativamente de una persona a otra. Cuando agrega histamina nuevamente a su dieta, puede evaluar cuidadosamente qué alimentos desencadenan síntomas incómodos, si los hay.
Consejos de dieta baja en histamina
Para eliminar los alimentos ricos en histamina y practicar una dieta baja en histamina:
- cocina todas tus comidas
- comer alimentos que estén lo más cerca posible de su forma original
- registre todo lo que come en un diario detallado de alimentos diarios (asegúrese de incluir la hora del día en que comió cada alimento)
- registrar las horas y fechas de cualquier síntoma incómodo para comparar
- evite la comida chatarra o cualquier cosa altamente procesada (si hay numerosos ingredientes y el alimento está listo para comer)
- no seas demasiado duro contigo mismo ya que esta dieta es muy restrictiva
- no planee comer esta dieta por más de 4 semanas
- comer solo alimentos frescos que se hayan guardado en el refrigerador
- hable con un nutricionista o nutricionista sobre cómo obtener todos los nutrientes que necesita mientras sigue esta dieta
- hable con su médico sobre los suplementos de vitaminas y minerales (considere los suplementos de enzimas DAO, así como la vitamina B-6, la vitamina C, el cobre y el zinc)
Para llevar y perspectivas
Consulte con un médico antes de comenzar una dieta baja en histamina.
Las deficiencias de nutrientes pueden ser dañinas a cualquier edad, pero esta dieta es especialmente peligrosa para los niños. Si sospecha que su hijo tiene alergias o sensibilidades alimentarias, hable con su pediatra sobre un tratamiento alternativo.
Si experimenta mareos, dolores de cabeza o cualquier otra complicación, debe suspender esta dieta de inmediato y consultar a un médico.
Después de eliminar o reducir la histamina en su dieta durante 2 a 4 semanas, puede comenzar a introducir lentamente alimentos ricos en histamina en su plan de comidas, uno a la vez. Hable con su médico o nutricionista sobre la mejor forma de reintroducir estos alimentos.
Hay muy poca evidencia científica que respalde la efectividad de una dieta baja en histamina y puede conducir a la desnutrición. En general, una dieta baja en histamina no es un plan de tratamiento a largo plazo para la población en general. Es útil en el proceso de diagnóstico y puede ayudarlo a descartar otras intolerancias alimentarias.
En última instancia, deberá determinar su tolerancia individual a los diferentes alimentos que contienen histamina. Algunos medicamentos pueden aumentar las posibilidades de reaccionar a estos alimentos.