El estrés es una reacción física y mental natural a las experiencias de la vida. Todos expresan estrés de vez en cuando. Cualquier cosa, desde las responsabilidades cotidianas como el trabajo y la familia hasta los eventos graves de la vida, como un nuevo diagnóstico, la guerra o la muerte de un ser querido, puede desencadenar el estrés. Para situaciones inmediatas a corto plazo, el estrés puede ser beneficioso para su salud. Puede ayudarlo a enfrentar situaciones potencialmente graves. Su cuerpo responde al estrés liberando hormonas que aumentan su ritmo cardíaco y respiratorio y preparan sus músculos para responder.
Sin embargo, si su respuesta al estrés no deja de dispararse, y estos niveles de estrés se mantienen elevados por mucho más tiempo del necesario para sobrevivir, puede afectar su salud. El estrés crónico puede causar una variedad de síntomas y afectar su bienestar general. Los síntomas del estrés crónico incluyen:
- irritabilidad
- ansiedad
- depresión
- dolores de cabeza
- insomnio
Sistema nervioso central y endocrino
Su sistema nervioso central (SNC) está a cargo de su respuesta de "lucha o huida". En su cerebro, el hipotálamo hace rodar la pelota, diciéndole a las glándulas suprarrenales que liberen las hormonas del estrés adrenalina y cortisol. Estas hormonas aceleran los latidos del corazón y envían sangre a las áreas que más lo necesitan en una emergencia, como los músculos, el corazón y otros órganos importantes.
Cuando desaparece el miedo percibido, el hipotálamo debe indicar a todos los sistemas que vuelvan a la normalidad. Si el SNC no vuelve a la normalidad, o si el factor estresante no desaparece, la respuesta continuará.
El estrés crónico también es un factor en comportamientos tales como comer en exceso o no comer lo suficiente, abuso de alcohol o drogas y retraimiento social.
Sistemas respiratorio y cardiovascular
Las hormonas del estrés afectan sus sistemas respiratorio y cardiovascular. Durante la respuesta al estrés, respira más rápido en un esfuerzo por distribuir rápidamente sangre rica en oxígeno a su cuerpo. Si ya tiene un problema respiratorio como asma o enfisema, el estrés puede dificultar aún más la respiración.
Bajo estrés, su corazón también bombea más rápido. Las hormonas del estrés hacen que los vasos sanguíneos se contraigan y desvíen más oxígeno a los músculos para que tenga más fuerza para actuar. Pero esto también eleva la presión arterial.
Como resultado, el estrés frecuente o crónico hará que su corazón trabaje demasiado durante demasiado tiempo. Cuando su presión arterial aumenta, también lo hacen sus riesgos de sufrir un derrame cerebral o un ataque cardíaco.
Sistema digestivo
Bajo estrés, su hígado produce azúcar en sangre adicional (glucosa) para darle un impulso de energía. Si está bajo estrés crónico, es posible que su cuerpo no pueda mantenerse al día con este aumento adicional de glucosa. El estrés crónico puede aumentar su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
La avalancha de hormonas, la respiración rápida y el aumento de la frecuencia cardíaca también pueden alterar su sistema digestivo. Es más probable que tenga acidez estomacal o reflujo ácido gracias a un aumento en el ácido del estómago. El estrés no causa úlceras (una bacteria llamada H. pylori a menudo sí lo hace), pero puede aumentar su riesgo de desarrollarlas y provocar que las úlceras existentes actúen.
El estrés también puede afectar la forma en que los alimentos se mueven por el cuerpo, lo que provoca diarrea o estreñimiento. También puede experimentar náuseas, vómitos o dolor de estómago.
Sistema muscular
Sus músculos se tensan para protegerse de las lesiones cuando está estresado. Tienden a liberarse nuevamente una vez que te relajas, pero si estás constantemente bajo estrés, es posible que tus músculos no tengan la oportunidad de relajarse. Los músculos tensos causan dolores de cabeza, dolor de espalda y hombros y dolores corporales. Con el tiempo, esto puede desencadenar un ciclo poco saludable a medida que deja de hacer ejercicio y recurre a medicamentos para el dolor en busca de alivio.
Sexualidad y sistema reproductivo
El estrés es agotador tanto para el cuerpo como para la mente. No es inusual perder el deseo cuando estás bajo un estrés constante. Si bien el estrés a corto plazo puede hacer que los hombres produzcan más testosterona de la hormona masculina, este efecto no dura.
Si el estrés continúa durante mucho tiempo, los niveles de testosterona de un hombre pueden comenzar a disminuir. Esto puede interferir con la producción de esperma y causar disfunción eréctil o impotencia. El estrés crónico también puede aumentar el riesgo de infección para los órganos reproductores masculinos como la próstata y los testículos.
Para las mujeres, el estrés puede afectar el ciclo menstrual. Puede conducir a períodos irregulares, más pesados o más dolorosos. El estrés crónico también puede aumentar los síntomas físicos de la menopausia.
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Sistema inmunitario
El estrés estimula el sistema inmunitario, lo que puede ser una ventaja para situaciones inmediatas. Esta estimulación puede ayudarlo a evitar infecciones y curar heridas. Pero con el tiempo, las hormonas del estrés debilitarán su sistema inmunológico y reducirán la respuesta de su cuerpo a los invasores extraños. Las personas bajo estrés crónico son más susceptibles a enfermedades virales como la gripe y el resfriado común, así como a otras infecciones. El estrés también puede aumentar el tiempo que le lleva recuperarse de una enfermedad o lesión.