¿Qué es el adenoma hepático?
El adenoma hepático es un tumor hepático benigno poco frecuente. Benigno significa que no es canceroso. También se conoce como adenoma hepatocelular o adenoma de células hepáticas.
El adenoma hepático es extremadamente raro. Con mayor frecuencia afecta a las mujeres y se ha relacionado con el uso de píldoras anticonceptivas.
Siga leyendo para conocer los síntomas, las causas, el diagnóstico y el tratamiento de este tumor hepático no canceroso.
¿Cuales son los sintomas?
El adenoma hepático no suele causar síntomas. Sin embargo, a veces causa síntomas leves, como dolor, náuseas o sensación de plenitud. Esto generalmente ocurre cuando el tumor es lo suficientemente grande como para ejercer presión sobre los órganos y tejidos vecinos.
Es posible que no sepa que tiene un adenoma hepático a menos que se rompa. Un adenoma hepático roto es grave. Puede causar:
- dolor abdominal repentino
- presión arterial baja
- hemorragia interna
En casos raros, puede ser mortal.
A medida que mejoran las pruebas de imagen, cada vez es más común descubrir adenomas hepáticos antes de que se rompan y causen síntomas.
Causas y factores de riesgo
El factor de riesgo más común para el adenoma hepático es el uso de píldoras anticonceptivas orales a base de estrógenos. Su riesgo aumenta con el uso prolongado y con dosis altas de estrógenos.
El embarazo también puede aumentar su riesgo. El embarazo estimula la liberación de ciertas hormonas relacionadas con el desarrollo de estos tumores.
Otros factores de riesgo menos comunes incluyen:
- uso de esteroides
- uso de barbitúricos
- Diabetes tipo 1
- hemocromatosis o acumulación excesiva de hierro en la sangre
- Enfermedades de almacenamiento de glucógeno tipo 1 (enfermedad de von Gierke) y tipo 3 (enfermedad de Cori o de Forbes)
- síndrome metabólico
- tener sobrepeso u obesidad
¿Cómo se diagnostica esto?
Si se sospecha un tumor hepático, su médico puede sugerir pruebas para identificar el tumor y su causa. También podrían sugerir pruebas para descartar otros posibles diagnósticos.
Un ultrasonido es a menudo uno de los primeros pasos que su médico tomará para ayudarlo a hacer un diagnóstico. Si su médico encuentra una gran masa a través de un ultrasonido, es posible que se requieran pruebas adicionales para confirmar que la masa es un adenoma hepático.
Se pueden usar otras pruebas de imagen, como tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, para obtener más información sobre el tumor.
Si el tumor es grande, su médico también podría sugerirle una biopsia. Durante una biopsia, se extrae una pequeña muestra de tejido de la masa y se evalúa con un microscopio.
¿Cuáles son los tipos de adenoma hepático?
Hay cuatro tipos propuestos de adenoma hepático:
- inflamatorio
- HNF1A mutado
- β-catenina activada
- desclasificado
Según una revisión de 2013:
- El adenoma hepático inflamatorio es el tipo más común. Se ve en alrededor del 40 al 50 por ciento de los casos.
- El tipo mutado de HNF1A se observa en aproximadamente el 30 al 40 por ciento de los casos.
- La β-catenina activada se observa en 10 a 15 por ciento de los casos.
- Alrededor del 10 al 25 por ciento de los casos de adenoma hepático no están clasificados.
Cada tipo está asociado con distintos factores de riesgo. Sin embargo, el tipo de adenoma hepático generalmente no cambia el tratamiento sugerido.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento?
Los tumores que miden menos de 2 pulgadas de largo rara vez se asocian con complicaciones. Si tiene un tumor pequeño, su médico puede sugerirle que lo controle con el tiempo en lugar de tratarlo. También se le puede pedir que deje de tomar píldoras anticonceptivas para retrasar el crecimiento del tumor.
La investigación sugiere que la mayoría de los adenomas hepáticos pequeños tienden a permanecer estables durante los períodos de observación. Un pequeño porcentaje de ellos desaparece. Su médico puede usar una ecografía para controlar el tamaño del tumor.
Si tiene un tumor grande, su médico puede recomendar una cirugía de resección hepática para extirpar el tumor. Esto se debe a que los tumores grandes tienen más probabilidades de provocar complicaciones, como ruptura espontánea y sangrado.
Se recomienda la cirugía:
- cuando el adenoma hepático tiene más de 2 pulgadas de largo
- para personas que no pueden dejar de tomar píldoras anticonceptivas
- para hombres con adenomas hepáticos
- para los tipos de adenoma hepático inflamatorio y β-catenina activado
¿Hay alguna complicación?
Cuando no se trata, los adenomas hepáticos pueden romperse espontáneamente. Esto puede causar dolor abdominal y hemorragia interna. Un adenoma hepático roto requiere tratamiento médico inmediato.
En casos raros, los adenomas hepáticos no tratados pueden volverse cancerosos. Esto es más probable cuando el tumor es grande.
Varios estudios sugieren que los adenomas hepáticos activados por β-catenina tienen más probabilidades de volverse cancerosos. Se necesita investigación adicional para comprender el vínculo entre los tipos de adenoma hepático y el cáncer.
¿Cuál es la perspectiva?
El adenoma hepático es extremadamente raro. Este tumor se asocia con mayor frecuencia con el uso de píldoras anticonceptivas, pero también se puede ver en hombres o mujeres que no toman píldoras anticonceptivas.
El adenoma hepático puede no causar ningún síntoma. Esto puede dificultar saber si la tiene. En casos raros, el adenoma hepático no tratado produce complicaciones graves.
El adenoma hepático es tratable. El pronóstico a largo plazo es bueno para las personas con esta afección cuando se identifica y se trata temprano.