En la tráquea, o tráquea, hay anillos traqueales, también conocidos como cartílagos traqueales. El cartílago es un tejido fuerte pero flexible. Los cartílagos traqueales ayudan a sostener la tráquea mientras le permiten moverse y flexionarse durante la respiración.
Generalmente hay dieciséis a veinte cartílagos individuales en la tráquea, que varía de persona a persona. Estos cartílagos en forma de C se apilan uno encima del otro y se abren en el área donde la tráquea está más cerca del esófago, que conduce desde la garganta hasta el estómago. Cada uno tiene un grosor de uno a dos milímetros, con una profundidad de alrededor de cuatro a cinco milímetros.
Los cartílagos traqueales tienen un orden, comenzando con los cartílagos traqueales peculiares. Estos son los primeros y últimos anillos en la tráquea. El primer cartílago es ancho y dividido al final. A veces se mezcla con el siguiente cartílago, dependiendo de la estructura de la tráquea. El último cartílago es ancho en el medio y grueso, con una forma triangular para un borde inferior. Esta pieza se curva hacia abajo, extendiéndose hacia los dos bronquios, los pasos principales hacia los pulmones, formando un círculo imperfecto que encierra cada bronquio.
Cuando una persona envejece, los cartílagos traqueales tienden a calcificarse o endurecerse. Su estado normal es de elasticidad. Dos o más cartílagos a menudo se fusionan en la tráquea, como parte del proceso de envejecimiento.