El sexo doloroso es mucho más común durante y después de la menopausia de lo que la mayoría de las mujeres se dan cuenta. El término médico para el sexo doloroso es dispareunia, y generalmente es el resultado de la disminución de los niveles de estrógeno.
Muchas mujeres demoran en obtener la ayuda que necesitan. Puede ser reacio a discutir problemas sexuales con su médico, o puede no darse cuenta de que el sexo doloroso está relacionado con la menopausia.
Tener una vida sexual activa es importante. Un médico podrá abordar sus síntomas al tratar la causa subyacente.
Aquí hay seis signos de que es hora de ver a un médico sobre sexo doloroso.
1. Lube no lo corta
Los niveles más bajos de estrógeno durante y después de la menopausia pueden adelgazar y secar los tejidos vaginales. Esto dificulta la lubricación natural.
Cuando esto sucede, puede probar un lubricante a base de agua o un humectante vaginal de venta libre durante el acto sexual, pero para algunas mujeres, no es suficiente.
Si ya ha probado varios productos y todavía le resulta demasiado doloroso el sexo, consulte a su médico para analizar sus opciones de tratamiento. Su médico puede recetarle una crema, inserto o suplemento vaginal para ayudar a reducir sus síntomas.
2. Estás sangrando después del coito
Después de la menopausia, un médico debe evaluar el sangrado vaginal en cualquier momento. Esto podría ser una señal de algo serio. Su médico querrá descartar cualquier otra afección antes de recibir un diagnóstico de dispareunia.
3. Tiene dificultad o dolor al orinar
El adelgazamiento de las paredes vaginales, también conocido como atrofia vaginal, puede ser causado por la disminución de los niveles de estrógeno. Esto ocurre comúnmente después de la menopausia. La atrofia vaginal aumenta el riesgo de infecciones vaginales, problemas de función urinaria e infecciones del tracto urinario (ITU).
Los síntomas incluyen micción más frecuente o una necesidad más urgente de orinar, y una sensación de ardor dolorosa durante la micción.
El dolor sexual puede ser peor si también experimentas dolor al orinar. Su médico deberá recetar antibióticos para tratar una infección urinaria.
4. Comienza a afectar tu relación
Es probable que su pareja tenga dificultades para comprender lo que está pasando. Puede sentirse avergonzado o vacilante de hablar sobre el dolor con su pareja, o puede resultarle difícil describir qué tipo de dolor tiene.
Eventualmente, podría comenzar a perder interés en tener relaciones sexuales. Pero evitar el sexo con tu pareja y no ser abierto sobre cómo te sientes puede generar negatividad en tu relación. Hable con su médico acerca de sus síntomas físicos y pregúntele si puede ver a un terapeuta si tiene problemas para comunicarse con su pareja.
5. Tienes miedo de tener sexo
El sexo es una parte saludable de una relación, pero el dolor constante puede convertirlo en una fuente de ansiedad. Los músculos del piso pélvico también pueden tensarse en respuesta al estrés y la ansiedad, lo que empeora las cosas.
Si descubres que el miedo al dolor y la ansiedad por el sexo te hacen evitarlo, es hora de ver a un médico.
6. El dolor empeora
Para algunas mujeres, los lubricantes y cremas vaginales comprados en la tienda ayudan a reducir la severidad del dolor durante las relaciones sexuales. Para otros, a pesar del uso de lubricantes, el dolor empeora. Incluso puede comenzar a tener otros problemas relacionados con la sequedad vaginal.
Haga una cita para ver a un médico o ginecólogo si el dolor no desaparece o si tiene alguno de estos síntomas:
- picazón o ardor alrededor de la vulva
- necesidad frecuente de orinar
- opresión vaginal
- sangrado leve después del sexo
- infecciones urinarias frecuentes
- incontinencia urinaria (fuga involuntaria)
- infecciones vaginales frecuentes
Preparando su cita
Visitar a su médico para hablar sobre sexo doloroso puede ser estresante, pero estar preparado puede ayudar a aliviar la tensión.
Su médico está allí para ayudarlo a sentirse mejor, tanto mental como físicamente, pero no siempre puede esperar que inicie la conversación. En un estudio, solo el 13 por ciento de las mujeres dijeron que su proveedor de atención médica había comenzado la conversación sobre los cambios vaginales posmenopáusicos.
Intente prepararse de antemano haciendo una lista de sus síntomas e información médica, como:
- cuando comenzaron tus problemas sexuales
- qué factores influyen en sus síntomas
- si ya ha intentado algo para abordar sus síntomas
- cualquier otra vitamina, suplemento o medicamento que esté tomando
- cuando la menopausia comenzó para ti o cuando terminó
- Si tiene otros síntomas además del dolor, como problemas para orinar o sofocos.
Su cita es un buen momento para hacer preguntas. Aquí hay una lista de preguntas para comenzar:
- ¿Qué está causando el sexo doloroso?
- Además de los medicamentos y el lubricante, ¿hay algún otro cambio en el estilo de vida que pueda hacer para mejorar la situación?
- ¿Hay sitios web, folletos o libros que recomiende para obtener más consejos?
- ¿Ayudará el tratamiento? ¿Cuánto tiempo necesitaré tratamiento?
La línea de fondo
De los 64 millones de mujeres posmenopáusicas en los Estados Unidos, hasta la mitad pueden estar sufriendo síntomas como sexo doloroso, sequedad vaginal e irritación. ¡Eso es 32 millones de mujeres!
El sexo doloroso no tiene que ser algo con lo que aprendas a vivir. Aunque los médicos son cada vez más conscientes de que necesitan mencionar estos temas con las mujeres que han pasado por la menopausia, este no es siempre el caso. Hablar sobre sexo puede ser incómodo, pero es importante ser proactivo y hablar sobre su dolor con su médico.