Mentalidad De La Víctima: 16 Signos Y Consejos Para Lidiar Con Ella

Tabla de contenido:

Mentalidad De La Víctima: 16 Signos Y Consejos Para Lidiar Con Ella
Mentalidad De La Víctima: 16 Signos Y Consejos Para Lidiar Con Ella

Vídeo: Mentalidad De La Víctima: 16 Signos Y Consejos Para Lidiar Con Ella

Vídeo: Mentalidad De La Víctima: 16 Signos Y Consejos Para Lidiar Con Ella
Vídeo: 5 RASGOS DE LOS MANIPULADORES VICTIMISTAS 2024, Abril
Anonim

Incluimos productos que creemos que son útiles para nuestros lectores. Si compra a través de enlaces en esta página, podemos ganar una pequeña comisión. Aquí está nuestro proceso.

¿Conoces a alguien que parece ser una víctima en casi todas las situaciones? Es posible que tengan una mentalidad de víctima, a veces llamada síndrome de víctima o complejo de víctima.

La mentalidad de la víctima se basa en tres creencias clave:

  • Suceden cosas malas y seguirán sucediendo.
  • Otras personas o circunstancias tienen la culpa.
  • Cualquier esfuerzo por crear un cambio fracasará, por lo que no tiene sentido intentarlo.

La idea de la mentalidad de la víctima está muy extendida en la cultura pop y en la conversación informal para referirse a las personas que parecen revolcarse en la negatividad y forzarla a otros.

No es un término médico formal. De hecho, la mayoría de los profesionales de la salud lo evitan debido al estigma que lo rodea.

Las personas que se sienten atrapadas en un estado de victimización a menudo expresan mucha negatividad, pero es importante darse cuenta de que el dolor y la angustia significativos a menudo alimentan esta mentalidad.

Cómo se ve?

Vicki Botnick, una terapeuta matrimonial y familiar con licencia (LMFT) en Tarzana, California, explica que las personas se identifican con el papel de víctima cuando "se desvían de la creencia de que todos los demás causaron su miseria y nada de lo que hagan marcará la diferencia".

Esto los deja sintiéndose vulnerables, lo que puede resultar en emociones y comportamientos difíciles. Aquí hay un vistazo a algunos de esos.

Evitar la responsabilidad

Una señal principal, sugiere Botnick, es la falta de responsabilidad.

Esto podría involucrar:

  • culpar a otra parte
  • Inventado excusas
  • no asumir la responsabilidad
  • reaccionando a la mayoría de los obstáculos de la vida con "No es mi culpa"

Las cosas malas realmente suceden, a menudo a las personas que no han hecho nada para merecerlas. Es comprensible que las personas que enfrentan una dificultad tras otra puedan comenzar a creer que el mundo está dispuesto a atraparlos.

Pero muchas situaciones implican diversos grados de responsabilidad personal.

Considere la pérdida de empleo, por ejemplo. Es cierto que algunas personas pierden sus trabajos sin una buena causa. También suele ocurrir que ciertos factores subyacentes juegan un papel importante.

Alguien que no considera esas razones puede no aprender o crecer de la experiencia y podría terminar enfrentando la misma situación nuevamente.

No busco posibles soluciones

No todas las situaciones negativas son completamente incontrolables, aunque parezcan así al principio. A menudo, hay al menos alguna pequeña acción que podría conducir a una mejora.

Las personas que vienen de un lugar de victimización pueden mostrar poco interés en tratar de hacer cambios. Pueden rechazar ofertas de ayuda, y puede parecer que solo están interesados en sentir pena por ellos mismos.

Pasar un poco de tiempo revolcándose en la miseria no es necesariamente poco saludable. Esto puede ayudar a reconocer y procesar las emociones dolorosas.

Pero este período debe tener un punto final definido. Después de eso, es más útil comenzar a trabajar hacia la curación y el cambio.

Una sensación de impotencia

Muchas personas que se sienten victimizadas creen que carecen de poder para cambiar su situación. No disfrutan sentirse deprimidos y les encantaría que las cosas salgan bien.

Pero la vida continúa arrojándoles situaciones que, desde su perspectiva, no pueden hacer nada para tener éxito o escapar.

Diálogo interno negativo y auto-sabotaje

Las personas que viven con una mentalidad de víctima pueden internalizar los mensajes negativos sugeridos por los desafíos que enfrentan.

Sentirse víctima puede contribuir a creencias como:

  • "Todo lo malo me pasa a mí".
  • "No puedo hacer nada al respecto, ¿por qué intentarlo?"
  • "Merezco las cosas malas que me pasan".
  • "No le importo a nadie."

Cada nueva dificultad puede reforzar estas ideas inútiles hasta que estén firmemente arraigadas en su monólogo interno. Con el tiempo, el diálogo interno negativo puede dañar la capacidad de recuperación, haciendo que sea más difícil recuperarse de los desafíos y sanar.

El diálogo interno negativo a menudo va de la mano con el auto-sabotaje. Las personas que creen en su diálogo interno a menudo tienen más facilidad para vivirlo. Si ese diálogo interno es negativo, es más probable que saboteen inconscientemente cualquier intento de cambio.

Falta de confianza en uno mismo

Las personas que se ven a sí mismas como víctimas pueden luchar con la autoconfianza y la autoestima. Esto puede empeorar los sentimientos de victimización.

Pueden pensar cosas como: "No soy lo suficientemente inteligente como para conseguir un mejor trabajo" o "No tengo el talento suficiente para tener éxito". Esta perspectiva puede evitar que intenten desarrollar sus habilidades o identificar nuevas fortalezas y habilidades que podrían ayudarlos a alcanzar sus objetivos.

Aquellos que intentan trabajar hacia lo que quieren y fracasan pueden verse nuevamente como víctimas de las circunstancias. La lente negativa con la que se ven a sí mismos puede dificultar ver cualquier otra posibilidad.

Frustración, ira y resentimiento

La mentalidad de la víctima puede afectar el bienestar emocional.

Las personas con esta mentalidad pueden sentir:

  • frustrado y enojado con un mundo que parece estar en contra de ellos
  • sin esperanza de que sus circunstancias nunca cambien
  • duelen cuando creen que a sus seres queridos no les importa
  • resentido con las personas que parecen felices y exitosas

Estas emociones pueden ser muy pesadas para las personas que creen que siempre serán víctimas, construyendo y supurando cuando no se abordan. Con el tiempo, estos sentimientos pueden contribuir a:

  • arrebatos de ira
  • depresión
  • aislamiento
  • soledad

¿De dónde viene?

Muy pocas personas, si es que las hay, adoptan una mentalidad de víctima solo porque pueden. A menudo se basa en algunas cosas.

Trauma pasado

Para un extraño, alguien con una mentalidad de víctima puede parecer demasiado dramático. Pero esta mentalidad a menudo se desarrolla en respuesta a la verdadera victimización.

Puede surgir como un método para lidiar con el abuso o el trauma. Enfrentarse a una circunstancia negativa tras otra puede hacer que este resultado sea más probable.

No todos los que experimentan situaciones traumáticas desarrollan una mentalidad de víctima, pero las personas reaccionan a la adversidad de diferentes maneras. El dolor emocional puede alterar el sentido de control de una persona, contribuyendo a sentimientos de impotencia hasta que se sienta atrapada y se rinda.

Traición

La traición a la confianza, especialmente las traiciones repetidas, también puede hacer que las personas se sientan víctimas y dificultarles confiar en alguien.

Si su cuidador principal, por ejemplo, rara vez cumplió con su compromiso de niño, es posible que le resulte difícil confiar en otros en el futuro.

Codependencia

Esta mentalidad también puede desarrollarse junto con la codependencia. Una persona codependiente puede sacrificar sus objetivos para apoyar a su pareja.

Como resultado, pueden sentirse frustrados y resentidos por no obtener nunca lo que necesitan, sin reconocer su propio papel en la situación.

Manipulación

Puede parecer que algunas personas que asumen el papel de víctima disfrutan culpando a otros por los problemas que causan, arremetiendo y haciendo que otros se sientan culpables, o manipulando a otros por simpatía y atención.

Pero, sugiere Botnick, el comportamiento tóxico como este puede asociarse más a menudo con el trastorno narcisista de la personalidad.

¿Cómo debo responder?

Puede ser desafiante interactuar con alguien que siempre se ve a sí mismo como una víctima. Pueden negarse a asumir la responsabilidad de sus errores y culpar a todos los demás cuando las cosas van mal. Siempre pueden parecer desanimados sobre sí mismos.

Pero recuerde que muchas personas que viven con esta mentalidad se han enfrentado a eventos de la vida difíciles o dolorosos.

Esto no significa que tenga que asumir la responsabilidad de ellos o aceptar acusaciones y culpar. Pero trate de dejar que la empatía guíe su respuesta.

Evitar el etiquetado

Las etiquetas generalmente no son útiles. "Víctima" es una etiqueta particularmente cargada. Es mejor evitar referirse a alguien como víctima o decir que está actuando como una víctima.

En su lugar, trate (compasivamente) de mostrar comportamientos o sentimientos específicos que note, como:

  • quejumbroso
  • culpa cambiante
  • no aceptar responsabilidad
  • sentirse atrapado o impotente
  • sintiendo que nada hace la diferencia

Es posible que comenzar una conversación les brinde la oportunidad de expresar sus sentimientos de una manera productiva.

Establecer límites

Parte del estigma en torno a la mentalidad de una víctima se relaciona con la forma en que las personas a veces culpan a los demás por problemas o les hace sentir culpables por cosas que no han funcionado.

"Puede sentirse constantemente acusado, como si estuviera caminando sobre cáscaras de huevo, o tenga que disculparse por situaciones en las que siente que ambos son responsables", dice Botnick.

A menudo es difícil ayudar o apoyar a alguien cuya perspectiva parece diferir mucho de la realidad.

Si parecen críticos o acusatorios hacia usted y los demás, establecer límites puede ayudar, Botnick sugiere: "Separe tanto como sea posible de su negatividad y devuélvales la responsabilidad".

Todavía puede tener compasión y cuidar a alguien, aunque a veces necesite quitarle espacio.

Ofrecer ayuda para encontrar soluciones

Es posible que desee proteger a su ser querido de situaciones en las que podrían sentirse más víctimas. Pero esto puede agotar sus recursos emocionales y empeorar la situación.

Una mejor opción puede ser ofrecer ayuda (sin arreglar nada para ellos). Puedes hacer esto en tres pasos:

  1. Reconozca su creencia de que no pueden hacer nada al respecto.
  2. Pregúnteles qué harían si tuvieran el poder de hacer algo.
  3. Ayúdelos a intercambiar ideas sobre posibles formas de lograr ese objetivo.

Por ejemplo: “Sé que parece que nadie quiere contratarte. Eso debe ser realmente frustrante. ¿Cómo es tu trabajo ideal?

Dependiendo de su respuesta, puede alentarlos a ampliar o reducir su búsqueda, considerar diferentes compañías o probar otras áreas.

En lugar de dar consejos directos, hacer sugerencias específicas o resolver el problema para ellos, los está ayudando a darse cuenta de que en realidad pueden tener las herramientas para resolverlo por su cuenta.

Ofrecer estímulo y validación

Es posible que su empatía y aliento no conduzcan a un cambio inmediato, pero aún pueden marcar la diferencia.

Tratar:

  • señalando cosas en las que son buenos
  • destacando sus logros
  • recordándoles tu afecto
  • validando sus sentimientos

Las personas que carecen de fuertes redes de apoyo y recursos para ayudarles a lidiar con el trauma pueden tener más dificultades para superar los sentimientos de victimización, por lo que alentar a su ser querido a hablar con un terapeuta también puede ayudar.

Considera de dónde vienen

Las personas con mentalidad de víctima pueden:

  • sentirse desesperado
  • creen que les falta apoyo
  • culparse a sí mismos
  • falta de confianza en sí mismo
  • tiene baja autoestima
  • lucha con la depresión y el TEPT

Estos sentimientos y experiencias difíciles pueden aumentar la angustia emocional, haciendo que la mentalidad de la víctima sea aún más difícil de superar.

¿Qué pasa si soy el que tiene una mentalidad de víctima?

"Sentirse herido y herido de vez en cuando es una indicación saludable de nuestra autoestima", dice Botnick.

Pero si crees que siempre eres una víctima de las circunstancias, el mundo te ha tratado injustamente o si tu culpa no tiene nada de malo, hablar con un terapeuta puede ayudarte a reconocer otras posibilidades.

Es una buena idea hablar con un profesional capacitado si ha sufrido abuso u otro trauma. Si bien el trauma no tratado puede contribuir a sentimientos persistentes de victimización, también puede contribuir a:

  • depresión
  • problemas de relación
  • una gama de síntomas físicos y emocionales

Un terapeuta puede ayudarlo a:

  • explorar las causas subyacentes de la mentalidad de la víctima
  • trabajar en la autocompasión
  • Identificar necesidades y objetivos personales
  • crear un plan para lograr objetivos
  • explorar las razones detrás de los sentimientos de impotencia

Los libros de autoayuda también pueden ofrecer alguna orientación, según Botnick, quien recomienda "Tirar de sus propias cuerdas".

La línea de fondo

Una mentalidad de víctima puede ser angustiante y crear desafíos, tanto para quienes viven con ella como para las personas en sus vidas. Pero se puede superar con la ayuda de un terapeuta, así como con mucha compasión y bondad.

Crystal Raypole ha trabajado anteriormente como escritor y editor de GoodTherapy. Sus campos de interés incluyen lenguas y literatura asiática, traducción al japonés, cocina, ciencias naturales, positividad sexual y salud mental. En particular, está comprometida a ayudar a disminuir el estigma en torno a los problemas de salud mental.

Recomendado: