Visión general
Comer una dieta bien balanceada es una parte importante del manejo de la diabetes tipo 2.
A corto plazo, las comidas y los refrigerios que come afectan sus niveles de azúcar en la sangre. A largo plazo, sus hábitos alimenticios pueden afectar su riesgo de desarrollar complicaciones de la diabetes tipo 2.
Siga leyendo para conocer algunos de los cambios saludables que puede hacer en su dieta.
Practica el control de porciones
Si tiene sobrepeso, perder del 5 al 10 por ciento de su peso corporal puede ayudar a reducir sus niveles de azúcar en la sangre, según investigadores de la revista Diabetes Care.
Perder peso también podría reducir su riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca, una complicación común de la diabetes tipo 2.
Para ayudarlo a alcanzar y mantener su peso objetivo, es probable que su médico lo aliente a practicar el control de las porciones.
Dependiendo de su peso actual, hábitos alimenticios e historial médico, pueden aconsejarle que intente reducir la cantidad de calorías en sus comidas o meriendas.
Practicar el control de las porciones también puede ayudar a mantener sus niveles de azúcar en la sangre dentro del rango objetivo.
Elija alimentos que sean ricos en nutrientes
Comer una amplia variedad de alimentos ricos en nutrientes puede ayudarlo a satisfacer las necesidades nutricionales de su cuerpo. En general, un alimento “rico en nutrientes” significa un alimento que contiene una gran cantidad de nutrientes, como vitaminas y minerales, por su tamaño o valor calórico.
Los alimentos ricos en nutrientes incluyen:
- frutas y vegetales
- legumbres, como frijoles y lentejas
- granos integrales, como trigo integral y arroz integral
- nueces y semillas, como almendras y semillas de girasol
- fuentes magras de proteínas, como pollo y cortes magros de cerdo
- pescado y huevos
- productos lácteos, como yogurt sin azúcar
Sin embargo, dependiendo de sus necesidades de salud, su médico o dietista pueden recomendarle que limite algunos de estos alimentos.
Por ejemplo, algunas personas con diabetes tipo 2 podrían beneficiarse al seguir una dieta baja en carbohidratos que limita las frutas, las verduras con almidón, las legumbres secas y los granos.
Si ese es su caso, quédese con alimentos ricos en nutrientes que también sean bajos en carbohidratos, como proteínas magras, nueces y semillas. Ciertas verduras, como las verduras de hoja verde o el brócoli, contienen muchos nutrientes pero son bajos en carbohidratos.
Independientemente del patrón de alimentación específico que siga, es mejor comer alimentos que contengan muchos nutrientes en cada comida.
Limite su consumo de carbohidratos refinados
Los carbohidratos refinados tienden a ser bajos en nutrientes pero altos en calorías. Comer demasiados de ellos puede aumentar sus niveles de azúcar en la sangre y contribuir al aumento de peso.
Los alimentos que son ricos en carbohidratos refinados incluyen:
- alimentos y bebidas endulzados con azúcar, como dulces, galletas y refrescos
- productos de granos refinados, como arroz blanco, pan blanco y pasta blanca
- jugos de fruta
Para ayudar a controlar sus niveles de azúcar en la sangre y su peso, es mejor guardar estos alimentos para el tratamiento ocasional. En cambio, busque productos integrales u otros alimentos que sean ricos en nutrientes y fibra.
Elija alimentos con grasas saludables para el corazón
Según la Asociación Estadounidense de Diabetes, los tipos de grasa que come son más importantes que la cantidad total de grasa que come.
Para reducir su riesgo de enfermedad cardíaca, la organización recomienda comer alimentos que sean ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas.
Las fuentes comunes de estas grasas saludables incluyen:
- aguacate
- nueces, como almendras, anacardos, nueces y maní
- semillas, como semillas de calabaza, semillas de girasol y semillas de sésamo
- pescado graso, como atún, salmón, sardinas y caballa
- productos de soya, como el tofu
- aceite de oliva
- aceite de canola
- aceite de algodón
- aceite de maíz
- aceite de linaza
- aceite de cacahuete
- aceite de cártamo
- aceite de soja
- aceite de girasol
Por otro lado, la organización recomienda limitar su consumo de grasas saturadas y evitar las grasas trans.
Las fuentes de grasas saturadas para evitar incluyen:
- carnes altas en grasa, como carne molida de res, salchichas, tocino, mortadela y perritos calientes
- productos lácteos con alto contenido de grasa, como crema, leche entera y queso completo
- piel de aves de corral, como piel de pollo o piel de pavo
- mantequilla
- manteca de cerdo
- aceite de coco
- aceite de palma y aceite de almendra de palma
Las fuentes de grasas trans incluyen:
- bocadillos procesados, como papas fritas
- palo de margarina
- acortamiento
Haga una cita con un dietista registrado
Más allá de estos principios básicos, no existe un patrón de alimentación único para todos cuando se vive con diabetes tipo 2.
A algunas personas les resulta útil seguir el patrón de alimentación mediterráneo o DASH. Estos patrones de alimentación son ricos en granos enteros, legumbres y otros carbohidratos complejos.
Otras personas han reportado éxito con planes de alimentación bajos en carbohidratos. Este estilo de alimentación se enfoca en alimentos que son ricos en proteínas y bajos en carbohidratos.
Es probable que el mejor enfoque sea personalizado según sus necesidades y preferencias.
Para ayudarlo a desarrollar un plan de alimentación que funcione para usted, considere pedirle a su médico que lo remita a un dietista registrado.
Un dietista puede ayudarlo a diseñar un plan personalizado que satisfaga sus necesidades de salud, teniendo en cuenta sus preferencias alimentarias, hábitos de cocina y presupuesto.
La comida para llevar
Para controlar sus niveles de azúcar en la sangre, el peso corporal y el riesgo de complicaciones de la diabetes tipo 2, es importante comer una dieta equilibrada.
Practicar el control de las porciones puede ayudarlo a alcanzar y mantener su peso objetivo, mientras mantiene su azúcar en la sangre dentro del rango objetivo.
Trate de elegir alimentos que sean ricos en nutrientes esenciales y limite su consumo de exceso de calorías, carbohidratos refinados y grasas saturadas o trans.
Para un asesoramiento más personalizado, considere hacer una cita con un dietista.