Me Odio: 7 Maneras De Lidiar Con El Odio A Uno Mismo

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Me Odio: 7 Maneras De Lidiar Con El Odio A Uno Mismo
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Anonim

Es difícil evitar compararte con los demás. Todos lo hacemos de vez en cuando: en el trabajo, en la escuela, con amigos, en las redes sociales.

Pero este acto de evaluar constantemente cómo se mide puede tener un gran impacto en su salud mental y en cómo se ve a sí mismo.

Un simple "Nunca me veré como Marissa" puede convertirse rápidamente en "Nunca seré lo suficientemente bueno para nadie".

Antes de que te des cuenta, solo mirarte en el espejo puede provocar pensamientos de odio a ti mismo y frustración. Estos sentimientos pueden ser particularmente angustiantes si ya vive con una afección de salud mental, como ansiedad o depresión.

Si no está seguro de experimentar odio hacia uno mismo, puede verificar algunos de los síntomas comunes:

  • Declaraciones de todo o nada. Ves tu vida como una lista de ultimátums, la mayoría de los cuales resultan en una catástrofe. Por ejemplo, "Si no apruebo este examen, abandonaré la universidad y seré un perdedor total".
  • Solo se centra en lo negativo. No importa lo bueno que haya sido tu día: sol, helado, cachorros, todo lo que puedes pensar es en lo que salió mal.
  • Creer un sentimiento es un hecho. En lugar de "Me siento como un fracaso", piensas, "Soy un fracaso".
  • Baja autoestima. No sientes que eres lo suficientemente bueno como para estar rodeado de amigos y familiares, para solicitar nuevos trabajos o para ofrecerte nuevas oportunidades.

Si todo esto le suena familiar, no se asuste. Las cosas pueden parecer abrumadoras en este momento, pero confía en nosotros: eres digno de amor, especialmente de ti mismo.

Siga leyendo para obtener algunos consejos para comenzar el camino hacia el amor propio.

1. Presta atención a tus desencadenantes

El primer paso para abordar cualquier problema es comprender su raíz.

Si estás luchando contra un severo odio a ti mismo, puede ser útil sentarte con ese sentimiento e intentar identificar de dónde viene. No vives en el vacío, así que considera lo que podría haber provocado estos sentimientos.

Lo has escuchado un millón de veces, pero el diario realmente puede ayudar aquí. Intente sentarse al final del día y camine mentalmente durante el día. Intenta anotar algunas notas sobre:

  • que hiciste
  • cómo te sentiste durante las diferentes actividades
  • con quien estabas todo el día

Si no procesa mejor escribiendo, puede grabar videos cortos o notas de voz en su teléfono. También puede simplemente reflexionar por unos momentos sobre los eventos del día.

Independientemente de cómo desempaque su día, trate de estar atento a cualquier hilo o patrón común que pueda ayudarlo a identificar qué desencadena sus pensamientos negativos.

Una vez que haya identificado algunos de sus desencadenantes, puede trabajar para encontrar formas de evitarlos o minimizarlos. Hay algunos factores desencadenantes que quizás no puedas evitar, por lo que es útil aprender las herramientas para resolverlos.

2. Desafía tus pensamientos negativos

A veces, el odio a uno mismo aparece cuando no estás en un buen lugar para escribir o reflexionar. Cuando esto sucede, intente tener una conversación interna consigo mismo.

Por ejemplo, si piensa: "Me odio a mí mismo", entonces puede ser útil preguntar de inmediato: "¿Por qué?" Si la respuesta es: "Me veo feo con este vestido" o "Realmente arruiné esa reunión", entonces intenta desafiar ese pensamiento también.

Dígase a sí mismo: "Eso no es cierto". Luego piense en las razones por las que este pensamiento negativo está mal.

No se desanime si el lado positivo de las cosas no gana. Simplemente desafiar estos pensamientos negativos ayuda a reforzar la idea de que el odio a uno mismo no es un hecho o una verdad innegable, es una emoción.

3. Practica el diálogo interno positivo

El odio a uno mismo a menudo llega en un momento en que no tienes compasión por ti mismo. Si tiene un período en el que se siente bien, intente escribir una lista de lo que le gusta de usted.

Si no puedes pensar en nada, no entres en pánico. El amor es una emoción fuerte que es difícil de sentir hacia ti mismo en un punto bajo. Si es más fácil, trata de pensar en cosas que simplemente te gustan o que no odias de ti mismo.

Tal vez cuides excelentemente a tu mascota o siempre sepas qué llevar a una comida compartida.

Mantenga esta lista donde la verá todos los días. Cuando surjan los pensamientos de odio hacia uno mismo, deténgase, respire hondo y diga en voz alta uno de los elementos de su lista.

Obtenga más información sobre los beneficios del diálogo interno positivo y cómo incorporarlo a su rutina diaria.

4. Replantea tus pensamientos negativos

Reenmarcar es una técnica de terapia que se puede utilizar para abordar los pensamientos negativos y el odio hacia uno mismo. Por lo general, se realiza simplemente cambiando sus pensamientos a una perspectiva ligeramente diferente.

Puede implicar pensar las ventajas de una mala situación o considerar una frustración bajo una nueva luz. Independientemente de cómo decida probarlo, el replanteamiento consiste en entrenar a su cerebro para encontrar y enfocarse en lo positivo.

Sí, es un pequeño cambio. Pero está tomando una declaración de todo o nada y la reformula como una instancia única.

Esto ayuda a que la negatividad no se sienta tan abrumadora o permanente. Después de todo, estropear una presentación de trabajo es solo una instancia, y significa que puede hacerlo mejor la próxima vez.

La próxima vez que tenga ganas de decir: "Me odio a mí mismo", trate de pensar en una pequeña forma en que pueda reformular esa declaración para que sea más manejable y específica.

5. Pasa tiempo con personas que te hagan feliz

El odio a uno mismo puede hacer que quieras aislarte. Puede sentir que no merece estar cerca de sus amigos o familiares. O puede sentir que nadie quiere estar cerca de usted.

Si bien retirarse de las situaciones sociales puede parecer la mejor acción según nuestro diálogo interno negativo, los estudios han demostrado que esta no es una buena idea.

Conectar con otros es una gran parte de nuestro bienestar mental porque la interacción social nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos. Crea un entorno en el que nos sentimos valorados y cuidados.

La mejor manera de combatir estos pensamientos negativos es pasar tiempo con nuestros seres queridos, ya sea un amigo, un familiar o una pareja. Vayan a tomar un café, vean una película juntos o simplemente visiten mientras caminan juntos.

La interacción social puede ayudarlo a sentirse recargado y valorado.

6. Practica la autocompasión

Este puede ser el elemento más difícil de la lista, pero quizás sea el más útil.

La autocompasión es diferente del amor propio. Significa aceptar tus pensamientos negativos, errores y fracasos, y entenderlos como momentos humanos desordenados.

Significa perdonarse a sí mismo de la misma manera que perdonaría a un ser querido por criticarlo en un momento de frustración.

La próxima vez que te encuentres bajando en espiral por la madriguera del odio a ti mismo, intenta relajarte un poco. Reconoce que no te sientes bien y recuérdate que está bien.

¿Habita en ciertas acciones que ha tomado de las que no está orgulloso? Recuerde que todos cometen errores. Esas acciones no tienen que definirte.

Por supuesto, la autocompasión no ocurre de la noche a la mañana. Pero los estudios han demostrado que, al igual que el replanteamiento o la meditación, la autocompasión es una habilidad entrenable.

7. Pide ayuda

Recuerde: nunca está solo en su viaje de salud mental. Todos han estado donde estás en un momento u otro, y la mayoría necesita un poco de ayuda para pasar.

Es una buena idea practicar los elementos de esta lista con la ayuda de un profesional de salud mental de confianza. No hay vergüenza en pedir ayuda. De hecho, es la mejor manera de aprender a manejar su odio a sí mismo y su diálogo interno negativo.

Al final del día, aprender a pasar de "Me odio a mí mismo" a "Lo haré mejor mañana" es una de las habilidades para la vida más beneficiosas que puedes tener.

No será fácil, pero eventualmente estará en su caja de herramientas, preparándolo para cualquier otra cosa que la vida ponga en su camino.

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